Cristo es la solución
¡Pobres hombres! Van a tientas, saltando de una ilusión a otra, hasta que todas se acaban. Ahí van todos en bola: uno gritando: "comunismo", otro: "fascismo"; uno viene drogado, otro satisfecho, otro escéptico; uno baja riendo y al lado otro llorando... ¡qué ancho es el camino que lleva a la nada, y cuántos bajan por él!