No sea cobarde de cara a su misión, ponga manos a la obra de refundir, si cabe hablar así, su personalidad. En este "volver a nacer" entra una nueva mentalidad, una nueva voluntad, un nuevo obrar, incluso un nuevo carácter y modo de ser. ¿Imposible cambiar, a la luz de la psicología? Hay una conciencia que desborda los márgenes de la psicología: cuando la persona humana se abre a la realidad sobrenatural y colabora libre, conscientemente con ella, no deja de ser ella misma en su propia individualidad personal, pero sí potencia y endereza todos sus dinamismos; surgen dentro de ella fuerzas desconocidas, insospechadas en la línea del bien, en este caso, del bien supremo. Y es que lo que es imposible al hombre solo, es posible al hombre con Dios.