Política y Moral
Sin convicciones morales comunes
las instituciones no pueden durar ni surtir efecto”
Joseph Ratzinger
Sin convicciones morales comunes
las instituciones no pueden durar ni surtir efecto”
Joseph Ratzinger
Experiencias trágicas como la del incendio de la guardería ABC pueden llevar a cuestionarse ¿dónde estaba Dios en esos momentos? Tales sucesos podrían debilitar la confianza en Dios y en una “Providencia amorosa”, súbitamente sustituida por el destino ciego frente al cual nos encontramos impotentes. Si a ello aunamos la ineficiencia de la justicia humana, las recriminaciones politiqueras y la irresponsabilidad, el resultado es un cuadro desconcertante, lamentable.
A una semana de haber comenzado el “Año Sacerdotal” propuesto por Su Santidad Benedicto XVI celebramos la fiesta de San Josemaría, Pastor, sacerdote diocesano, sacerdote entre los sacerdotes. Particularmente cercana se nos muestra su figura, ya que fue un sacerdote santo que vivió en el siglo XX y al cual conocieron y trataron multitud de sacerdotes, un gran número de obispos y varios Papas. Poseemos también videos y grabaciones de él, lo que nos lo muestra como un santo cercano, alguien que vivió en el mundo en el que vivimos y en el cual se santificó.
¿Qué hace la Iglesia Católica en relación al SIDA?, ¿se limita exclusivamente a ofrecer principios morales que cargan la conciencia de las personas y terminan por fomentar el contagio?, ¿se trata exclusivamente de imponer principios doctrinales cerrando los ojos a la evidencia?, ¿busca solucionar moralmente un problema de salud pública? ¿es una institución retrógrada y cerril, que no acepta a revisar sus propios principios teóricos ante la evidencia de su ineficacia?
El título del artículo es peligroso, extremadamente políticamente incorrecto, y por ello retador, desafiante. Obviamente no toda democracia es totalitaria, pero toda corre el peligro de serlo en la medida en que establezca una alianza con el relativismo ético. Cuando el relativismo –no existe la verdad, todo es relativo al sujeto- y el agnosticismo –no puedo conocer la verdad- se erigen en condiciones de la democracia real y auténtica, se produce la corrupción del que hasta el momento parece ser el mejor modo para organizarse de los hombres en sociedad.
La ambigüedad terminológica puede convertirse con el tiempo en un arma de dos filos, en un engaño barato. Dicen que durante la segunda guerra mundial, en los campos de concentración alemanes, a aquellos que no eran aptos para trabajar, se les decía que los iban a llevar “a las regaderas”, y en efecto, eran regaderas, con su cebolla y todo, pero en lugar de salir agua, salía gas y los mataba. Algo semejante ocurría con el concepto de “limpieza étnica”, que implicaba el uso de una terminología soft para encubrir al más cruel de los genocidios.
“Esta decisión podrá hacer legal lo criminal, pero nunca podrá hacer moral lo que, de suyo, es abominable”.
Card. Norberto Rivera