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Raúl Espinoza Aguilera

¿Por qué se pasa el tiempo tan de prisa?

Se termina un año  y comienza otro nuevo. Somos más conscientes de la fugacidad del tiempo. El ayer quedó atrás para siempre, el mañana será muy pronto otro ayer y no sabemos a ciencia cierta si llegará para nosotros. Sólo el hoy y el ahora es lo único que realmente poseemos.

Recuerdo que cuando daba clases en un Centro Escolar me percaté, con cierto asombro, que uno de mis antiguos alumnos de la Primaria ya había pasado a Primero de Secundaria. Espontáneamente me salió comentarle:

Consejos para vivir mejor la Navidad

Notamos que cada vez hace más frío y hemos sacado de nuestros armarios ropa más abrigadora. Poco a poco avanzan las semanas y se acerca la fiesta de la Navidad. Ya muchas tiendas y anuncios publicitarios nos transmiten mensajes sobre esta importante fecha.

Pero, ¿se han fijado que toda esa publicidad alrededor de la Navidad nos habla del personaje (creado por el diseñador gráfico de un conocido refresco de cola), Santa Claus?

¿Existe alguna relación entre divorcios y hechos delictivos?

A simple vista parecería que no existe una vinculación directa entre los divorcios y los delincuentes, máxime si en algunas legislaturas se han aprobado los llamados “divorcios express” y esta ley se pretende presentar a la opinión pública como una “importante conquista social”.

Y escuchamos casi hasta el cansancio la consabida frase:

-¿Qué tiene de malo el divorciarse? Muchos lo han hecho, además, todas las personas tienen el derecho a “rehacer” sus vidas, ¿no es así?

Una realidad maravillosa, ¡somos hijos de Dios!

Cuando éramos niños, algunos compañeros del salón de clases solíamos ir   –con cierta frecuencia- de campamento y excursión a un lugar muy bello denominado “La Laguna Encantada”, cerca de Ciudad Obregón, Sonora, de donde todos éramos originarios.

Recuerdo que un buen profesor, titular del salón, cuando nos reuníamos alrededor de la fogata nocturna y contemplábamos aquellos maravillosos cielos cuajados de estrellas, nos solía decir:

Legalizar las drogas, ¿Una verdadera solución?

Llevo un buen número de años investigando sobre el fenómeno social y psicológico de la adicción a los diversos tipos de drogas. He publicado numerosos artículos en varios medios de comunicación. Para lo cual, me he entrevistado con muchas personas de España y México que padecen de este problema.

Viene a mi memoria el caso de un compañero del colegio. Buen muchacho, alegre aunque un tanto introvertido. En la secundaria tuvo una conducta normal pero en la preparatoria cambió de conducta, de modo notorio, a raíz  de algunos problemas familiares.

La formación de los adolescentes ¿Ir contra la corriente?

“-¡Ya bájale! ¡Eres demasiado rígido; “aflójale”! ¡Tienes que abrirte a los nuevos tiempos! ¡No puedes ser tan retrógrado, tan escrupuloso! ¡Tienes que ser más ‘open mind’!”

Estos comentarios los recibía un amigo mío por parte de otros padres de familia. Él tiene tres hijos entre los 16, 15 y 14 años (una chica y dos varones) y las críticas se debían a que tiene por costumbre llevarlos y recogerlos los sábados por las noches, cuando ellos van a fiestas.