Quién pudiera ser verdadero hombre del Reino
Cuántas veces en esos días virginalmente blancos con su cielo profundamente azul, o en esas noches serenas y transparentes, al llevar la vista corporal para contemplarlos, los ojos de mi alma los penetra más allá de donde no puedo ver; y me encuentro contemplando a Cristo en su serenidad inmutable, pensando en el establecimiento de su Reino para la salvación de los hombres y la glorificación de su Padre.