Pasar al contenido principal

Pensar en Cristiano

Humanizar la técnica I

Es frecuente en la literatura fantástica encontrar obras futuristas en las que se presagia un oscuro mañana en el cual el hombre pasa a estar dominado por las máquinas, obra de sus manos: “Matrix”, “1984”, “Un mundo feliz” son algunos de los títulos más conocidos con esta trama. Son ficciones interesantes para hacer una película y cuestionarnos sobre los límites de la técnica.

Católicos y anglicanos

Es realmente gozosa la noticia recibida esta semana desde Roma y Londres simultáneamente, que augura una unión más cercana entre católicos y anglicanos. Para comprender la dimensión del paso que se ha dado es necesario hacer un poco de historia. El rey Enrique VIII de Inglaterra en 1534 consumó la división entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Inglaterra como respuesta a la negativa del Papa Clemente VII de anular su matrimonio legítimo con Catalina de Aragón, para unirse en nuevas nupcias con Ana Bolena (a la que por cierto, después decapitó).

Autoridad política mundial

Al final del capítulo quinto de su carta encíclica “Caritas in veritate” el Papa propone una iniciativa particularmente ambiciosa, orientada a conseguir con mayor eficacia condiciones de vida justas y pacíficas entre los diversos pueblos del orbe. En sus propias palabras habla de la “urgencia de la reforma tanto de la Organización de las Naciones Unidas como de la arquitectura económica y financiera internacional. Urge la presencia de una verdadera Autoridad política mundial.

Un trabajo decente

En su encíclica “Caritas in veritate” (Caridad en la verdad) Benedicto XVI ofrece múltiples temas de reflexión y examen. No se queda en generalidades, desciende a cuestiones que muchos de los que intervenimos en la sociedad tenemos al alcance de la mano. Una de ellas, por lo demás cotidiana e inmediata, es la cuestión del trabajo, con la que de alguna manera todos estamos relacionados. “¿Qué significa la palabra «decencia» aplicada al trabajo?

Laicismo, Fundamentalismo y Cristianismo

El pensamiento contemporáneo con frecuencia recela de la religión; la considera un peligro latente, porque ve en ella propensión al fanatismo, a la intolerancia, cuando no a la violencia. El laicismo ha nacido como una manera de protegerse de los efectos perniciosos de la religión. Ahora bien, la religión así entendida es solo un fantasma, nada tiene que ver con la religión como dimensión humana natural y básica; son de temer las patologías de la religiosidad, como el fundamentalismo. No es sano ni justo definir una especie por el caso atípico, irregular o enfermo.

La paradoja de los derechos

En el cuarto capítulo de su encíclica “Caritas in veritate” Benedicto XVI hace una aguda observación que puede ser interesante comentar: “Hoy se da una profunda contradicción. Mientras, por un lado, se reivindican presuntos derechos, de carácter arbitrario y voluptuoso, con la pretensión de que las estructuras públicas los reconozcan y promuevan, por otro, hay derechos elementales y fundamentales que se ignoran y violan en gran parte de la humanidad”.

Proyecto de ética universal

La Comisión Teológica Internacional acaba de publicar el texto, fruto de muchos años de trabajo y del impulso de dos pontífices, “Hacia una ética universal: una nueva mirada sobre la ley natural” donde se estudia en profundidad y sintéticamente a la ley natural. El texto, articulado en cinco capítulos busca reivindicar el concepto de ley natural como fundamento común del diálogo moral en los seres humanos.

Economía y gratuidad

En su tercer capítulo, la carta encíclica “Caritas in veritate” se detiene más detenidamente en la noción de “gratuidad” como aspecto clave para replantear la vida del hombre y más concretamente su actividad económica. Si bien la “gratuidad” tiene hondas raíces dogmáticas (baste pensar en el contenido de la palabra “gracia” en la tradición cristiana), también goza de una dimensión claramente antropológica, anclada en la naturaleza humana que rebasa las fronteras de la fe, para convertirse en una noción de carácter interreligioso e intercultural.

El desarrollo humano en nuestro tiempo I

Benedicto XVI va hilvanando cuestiones de fondo con asuntos concretos y urgentes en el segundo capítulo de su encíclica “Caritas in veritate”; evita así el peligro de caer en una enumeración de principios que pueden tener una buena acogida, sin incidir en las cuestiones concretas que implican un compromiso actual, una decidida línea de acción social y política; es decir decaer en una banal enunciación de buenos deseos, que cada quien puede acomodar a su conveniencia, para tranquilizar su conciencia social.