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Pensar en Cristiano

Haití, ¿qué hago yo?

No dejan de ser inquietantes las imágenes que los medios de comunicación nos transmiten sobre la tragedia de Haití. Esas imágenes nos interpelan: ¿qué puedo hacer yo? Es preciso sensibilizar la conciencia, porque desgraciadamente podemos acostumbrarnos al sufrimiento ajeno y presenciarlo como espectadores pasivos, como aquel que ve una película, y que al terminar la proyección pasa a otra cosa: unas palomitas, una cena…

Falacias demográficas

Bastantes profetas de desgracias nos advierten continuamente del peligro de la “bomba demográfica”, es decir, del crecimiento incontrolado de la población que rápidamente acarrearía la ruina y el agotamiento global. En este sentido el ser humano sería uno de los principales enemigos de la ecología y un peligro para sí mismo. El fundamento de dichas aseveraciones, tomadas con frecuencia como una verdad incontrovertible, dogmática, son las teorías maltusianas y neo-maltusianas.

Sacerdocio común

Mucho se ha comentado a propósito del sacerdocio durante el año sacerdotal; es preciso hacerle eco. Poco se ha hablado sin embargo de la dimensión sacerdotal que tiene la vida de todo fiel cristiano, y que sin ser el motor ni el objetivo del año dedicado al sacerdocio, no por ello deja de ser una pieza fundamental de la fe, que a la postre contribuye decisivamente para que el sacerdote comprenda y realice eficazmente su misión.

La fiesta de la familia

Ni siquiera Dios quiso prescindir de un hogar. El Todopoderoso, que en Belén –apenas lo acabamos de contemplar en su Nacimiento- no tuvo ninguna comodidad, nació en la pobreza y desamparo más absolutos, consideró sin embargo imprescindible contar con una familia.

Preparar el nacimiento

En todo hogar cristiano que se precie suele haber un nacimiento. Hay todo un ritual para ponerlo: buscar las figuras guardadas en las cajas desde el año anterior, conseguir heno o musgo recientes, humedecer el que todavía se conserve, reparar quizá alguna pieza rota, comprar otra nueva de más calidad, aumentar el número de pastores y angelitos, etc. Algunos, que gozan de tradición familiar por varias generaciones, pueden llenar amplias habitaciones.

Preparar la Navidad

No voy a caer en el lugar común de denunciar la pérdida de contenido cristiano de las fiestas navideñas, ahogadas en la vorágine de un consumismo vacío. Tampoco pretendo señalar que al final de un año de crisis ésta se nota también en las compras navideñas. No es bueno caer en la lógica del lamento y la queja; no es verdad que cualquier tiempo pasado fue mejor, no debemos ser reaccionarios, reactivos: es mejor mostrar la belleza de las propias convicciones, eliminando polémicas estériles o lamentos inútiles.

¿Es eso un matrimonio?

La Santa Sede, así como la inmensa mayoría de las organizaciones internacionales en su defensa de la dignidad de la persona, condenan toda forma de discriminación hacia las personas homosexuales. Es decir, invitan a tomar conciencia sobre la dignidad de esas personas rechazando cualquier forma de violencia en contra de ellas.

Evangelio de la vida

Tuve la oportunidad de entregar en adopción a una niña preciosa, al dársela a la madre y ver correr lágrimas por sus mejillas no pude ocultar una profunda emoción: había valido la pena pelear la batalla de la vida. Llegar a ese momento culminante no fue tarea fácil; en realidad no era sino el inicio de el nuevo camino de una familia, que acoge con gratitud a una nueva integrante que la biología le negó, pero que la Providencia, sirviéndose de la cooperación de muchas personas comprometidas con el evangelio de la vida, le proporcionó.