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Pensar en Cristiano

Aprovechar las vacaciones

El ser humano no es “superman”, necesitamos descansar para enriquecer nuestro espíritu, recuperar la paz y hacer el acopio de fuerzas que nos permita entregarnos con nuevos bríos a las tareas habituales. Son muy útiles esos espacios en los que nos separamos un poco de nuestras actividades ordinarias, para verlas en perspectiva, de forma que lo cerrado de la selva no nos impida ver la belleza del bosque, es decir, la belleza y posibilidades de la vida en su conjunto. Es tiempo de soñar, de imaginar, de dirigir nuestras energías hacia horizontes más ambiciosos y ricos.

Santificar las vacaciones

El periodo estivo incluye frecuentemente amplios periodos vacacionales,  por lo menos a nivel escolar. Obviamente el sentido de estos periodos es el descanso. Vacación equivale a descanso. Pero, ¿es indiferente cualquier forma de descanso?, ¿debo descansar también de Dios y sus preceptos?, ¿la fe ofrece o recomienda algún género de descanso?

La historia de Sempronia

En las aventuras por la defensa de la vida, es frecuente encontrar hermosos casos de conversión: personas que descubren que nunca es demasiado tarde, ni está todo perdido, para volver a empezar. El nuevo comienzo, la nueva vida que se abre, está particular y misteriosamente enriquecida por la experiencia dolorosa de la persona, y testimonia su valor y dignidad insustituibles.

Los tres amores de un santo

Hace 35 años entregaba su alma a Dios un hombre profundamente enamorado y por ello profundamente feliz, cuya vida ha tenido un eco universal y creciente con el paso del tiempo: San Josemaría Escrivá. Cada santo refleja de un modo particular la vida del único modelo, Jesucristo, el único mediador entre Dios y los hombres; y a su vez, en la vida de cada santo pueden descubrirse diferentes brillos y multitud de matices que invitan a seguir al Maestro más de cerca.

Día del Padre

El tercer domingo de junio celebramos a los papás; en medio de la algarabía de la fiesta familiar, no sin cierta dosis de consumismo oportunista, es bueno que reflexionemos sobre la figura paterna, tan denostada actualmente. No se trata de una afirmación gratuita: basta echar una mirada a “Los Simpson” o “Family Guy” para constatar que se ha devaluado hasta el ridículo la imagen paterna, y ello lo perciben los niños desde su primera infancia.

Actitud ante la muerte

Hace unos meses un padre de familia contaba indignado un suceso: “el mejor amigo de mi hijo falleció trágicamente en un accidente automovilístico… Mi hijo fue al velorio, se mostró muy conmovido, asistieron todos sus compañeros. Al volver a casa, a eso de las 10 de la noche, me pidió permiso para ir a una fiesta. Indignado, le respondí que no, que de ninguna forma, que debía respetar el duelo de su amigo. Él respondió que incluso un hermano del difunto, así como bastantes compañeros irían a la fiesta.

Evangelio y política

Recientemente Benedicto XVI ha vuelto a abordar el espinoso tema del cristianismo y la política, que a primera vista podrían parecer dos realidades por lo menos heterogéneas, cuando no incompatibles o contradictorias. Lo llamativo es que sea precisamente Joseph Ratzinger, el antiguo cardenal que hizo hasta lo indecible por acabar con el maridaje entre religión y política que había forjado la teología de la liberación.

Cooperadores de la Verdad

El Año Sacerdotal está llegando a su fin. Independientemente de la “purificación” que ha tenido la Iglesia, y más concretamente los sacerdotes, “purificación” que conduce a la necesidad y el deseo de conversión y penitencia, puede constatarse el clamor del Señor: “la mies es mucha, los trabajadores son pocos, rogad al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”. Más que centrarnos en lo que está mal, en la parte podrida del fruto, es preciso mirar con esperanza lo mucho que hay por hacer. 

Ecos de la pederastia

Triste e interesante ha sido leer la vorágine de artículos generada por la pedofilia clerical. El escándalo adquirió enormes dimensiones y todavía existe una especie de suspenso sobre como vaya a terminar todo esto. Probablemente no lo sepamos pronto, en el sentido de que la Santa Sede –pienso- será especialmente cautelosa para no tomar determinaciones presionada por el ímpetu de la opinión pública. No se trata de tomar fáciles decisiones “populacheras”, sino de hacer justicia, examen e intentar remediar la situación en la medida en que eso es posible.