Jorge Enrique Mújica L.C.
No se llamaba así pero hallaban cierto placer apodándole de esta manera. Solían burlarse de él siempre que podían: a la llegada y a la salida del cole, en los recreos, en las clases… Pero él nunca se enojaba y más bien solía regalarles una límpida e inocente sonrisa que no denotaba timidez nerviosa, sino tranquilidad.
Durante la mayor parte del curso fue el centro de atracción. Su puntualidad era impecable y, quizá, muy en el fondo, a todos nos causaba envidia ésta y muchas otras virtudes que vivía como sin darse cuenta.
Mari es uno de esos seres humanos tan próximos a la extinción. Trabaja desde hace trece años en la misma casa, con la misma familia. Al núcleo familiar les ha resultado indispensable y ella ha ido, poco a poco, sintiendo indispensable a esa familia que no es la suya. Maria está adornada con la sencillez, la dulzura y el don de la donación. En los cinco hijos de los Villegas ha visto realizada su frustrada maternidad y siempre ha estado cercana a esos niños a los que cuida, educa y tanto quiere.
¡250 millones de dólares en el bolsillo! Huelen a sol, arena y mar; huelen a coches, viajes, compras, diversiones… ¿Qué haríamos con 250 millones en la cartera?
En 2001 apareció en cine la primera parte de los X-men de Marvel. Para los que habían seguido de cerca los cómics y las series en dibujos animados supuso una alegría inmensa: el papel se “hacía” de carne y hueso y los súper poderes de las caricaturas se volvían realidad gracias a los efectos especiales a través de las modernas tecnologías capturadas por el celuloide.
Pocos eran los testimonios públicos de famosos que estaban dispuestos a manifestar su fe cristiana, a defenderla y hablar de la grande importancia que ha jugado en sus vidas.
Hasta hoy, jamás ha dejado de conmoverme tu nacimiento, esa primera y única transubstanciación de lo humano en lo divino, de lo divino en la más conmovedora etapa de la vida de los hombres; en la más dependiente, en la más indefensa. Y a medida que pasa el tiempo, menos deja de impresionarme porque conforme voy creciendo, la percepción de tantos y tantos detalles aumenta que no puedo menos que agradecerlo.
Hay imágenes que se conservan lúcidamente en el baúl de los recuerdos. Héroes, actores, comediantes y protagonistas de series que se nos graban hondamente en la mente. Jaimito el cartero es uno de esos personajes con los que uno creció. Ciertamente no era la copia más fiel a la realidad de un repartidor de mensajes pero su oficio nos da pie a unas cuantas reflexiones.
Menguar el amor es sofocar el derecho a recibirlo. Es temer que el hombre cumpla la misión para la que ha sido creado: conocer y caminar hacia Dios. Asfixiar el amor es tratar de ocultar la presencia de Dios a través de los suyos. Estrangular el amor es asistir a un espectáculo repulsivo.
“Para mí lo primero es la fe, creer en Dios, ir por el camino del bien, y luego la vida familiar. Tus hijos, tu mujer, crear con ellos un ambiente de armonía viviendo los valores, eso es lo que realmente me importa en la vida. Es la razón por la que puedo afirmar, sin duda alguna, que la familia para mí es lo más enriquecedor que puede tener el ser humano en esta tierra”.
¿Eres de la generación de los rebeldes? Sí. Eres joven y estás orgulloso de ello. Pero, y la rebeldía, ¿por qué?