Libro Quiero vivir, pensamientos de vida (con permiso del autor)
La vejez y la mugre y la interminable cadena de mis mediocridades no han matado aún esa alma de niño que ha sobrevivido a todo.
Desde lo más hondo de mi alma aflora un deseo incontenible de mirar y abrazar a ese Dios siempre buscado, querido y adorado por lo más mío.
Hoy quiere decirle ese niño, que es lo más puro, lo más mío, lo que aún no está podrido:
“Te amo, Señor, eternamente”.
Si vas a vivir, pues vive.
Que se vea a todas luces que te alegras de la vida; que agradeces al donante, con toda tu alma, el pasear por este mundo:
Vivir en sus casas, recorrer sus senderos, contemplar sus cielos con estrellas, admirar sus flores y escuchar los trinos de sus aves; ayudar a tus hermanos.
Gracias, Dios mío, por haber nacido y ser hijo tuyo.
La vida es una aventura apasionante.
Yo la disfruto o la malgasto, la vivo en plenitud o en desventaja.
Si no la has vivido en plenitud, es porque te resignaste.
La verdad es que, las raíces más profundas de tu ser,
se alimentaban de niño de savia celestial.
Luego vino el desencanto, la terrificación, el asco y la náusea.
Desde mi cárcel espiritual, detrás de los duros barrotes,
grito con todo mi cuerpo que quiero ser libre.
Cuando dos novios suben al altar para comprometerse como esposos toda la vida, no se les ocurre pensar sino que serán muy felices toda ella; pero los de las bancas de atrás suelen pensar de diferente manera.
¡Qué alegre es la vida cuando se sabe vivir!
Fuera del sepulcro, fuera de la cueva oscura y lóbrega.
A la luz del día, de la vida auténtica y plena.
Resucitar: recobrar las fuerzas interiores
y dejar a mis corceles galopar por el camino abierto.
Vivir es amar, es tener un secreto para trabajar,
una razón y un porqué.
Vivir es rebosar de entusiasmo, es tener fe.
Así he vivido yo algunos sublimes momentos.
"
Ciudad de las flores
Fue un día lluvioso la primera vez
que me asomé a la ciudad de la eterna primavera.
Los campos lucían verdes y limpios por la lluvia.
Un vaho de nostalgia húmeda reinaba en el contorno.
Me dejó un sabor muy agradable,
sabor de clima templado y amable sol,
de montañas verdes, pobladas de pinos y robles.
Sabor de paz y de melancolía,
de luz y de alegría,
"
Hombre de fe
Me llenó de alegría
escuchar a una persona:
-“Usted me enseñó a creer.”
Porque yo no era un hombre de fe.
Yo era uno de ésos
que a todo le ven
lo imposible y difícil,
que me ahogaba en un vaso de agua,
y temblaba ante una meta difícil.
Ahora he crecido un poco en la fe,
y he decidido aumentarla
desde el día en que vi que funciona,
y que es cierto lo que dijo Jesús:
Resurrección
Listo para resucitar,
dispongo mi alma para el gran acontecimiento,
tensando las cuerdas del arco,
es decir, los propósitos de ejercicios,
que he escrito con precisión y fervor.
Quiero, me interesa, hacerlos realidad.
De noche nos encaminamos a la iglesia
es Sábado Santo.
Cargo todas mis tinieblas
para que la Luz las destruya;
arrastro todos mis pecados
para que el Redentor los aniquile;
llevo mis tristezas, pesimismos
para que Cristo resucitado me transforme
Una mañana en el campo
Una mañana pasada en el campo.
Me encanta la vida en el campo.
Son mis amigos losárboles,
las montañas, los lagos,
el sol y las estrellas;
los amaneceres y las puestas de sol.
Hasta los grillos nocturnos
y las mariposas
me llenan de alegría .
No quisiera perder esta simpatía entrañable
hacia esos emisarios de la gloria de Dios.
Sólo con amor
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De tanto llorar
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se me han vuelto de piedra los ojos.
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De noche, al acostarme,
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lloro por esa fe que no tengo,
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que no tengo y quisiera tener.
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Esta tarde escuché estas palabras de un santo:
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“He aguantado y aguanto a los sesenta y nueve años,
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luchando, sufriendo lo indecible,
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porque hay una fuerza que me sostiene en pie:
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El amor.
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Se lo digo por si les sirve”.
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