Si vas a vivir, pues vive.
Que se vea a todas luces que te alegras de la vida; que agradeces al donante, con toda tu alma, el pasear por este mundo:
Vivir en sus casas, recorrer sus senderos, contemplar sus cielos con estrellas, admirar sus flores y escuchar los trinos de sus aves; ayudar a tus hermanos.
Gracias, Dios mío, por haber nacido y ser hijo tuyo.