Sólo con amor
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De tanto llorar
se me han vuelto de piedra los ojos.
De noche, al acostarme,
lloro por esa fe que no tengo,
que no tengo y quisiera tener.
Esta tarde escuché estas palabras de un santo:
“He aguantado y aguanto a los sesenta y nueve años,
luchando, sufriendo lo indecible,
porque hay una fuerza que me sostiene en pie:
El amor.
Se lo digo por si les sirve”.
Sólo con un gran amor
puedo yo también seguir.
Sólo el amor me salvará.