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Lo que no te había contado

Lo que no te había contado

 

Siempre tenemos una inquietud, que es ¿cómo ser felices? Hay grandes pensadores y personajes que nos dicen qué piensan de la felicidad. León Tolstoi escribió sabiamente: "El secreto de la felicidad no está en hacer lo que se quiere sino en querer lo que se hace".

El hombre es desdichado porque no sabe que es feliz. San Agustín escribió: Dios lo que más odia después del pecado es la tristeza, porque nos predispone al pecado".

Cochino dinero

 

Como cada año, en esta temporada navideña, hemos estado recibiendo los famosos catálogos de las grandes tiendas, gracias a los cuales podemos descubrir las 27 cosas que necesitábamos. ¡Qué curioso!

Dado que para vivir es indispensable el dinero, deberemos aprender a usar este recurso bajo esquemas inteligentes, pues como sucede en otros campos de nuestra vida, tendemos a hacerle demasiado caso a lo que nos exigen los antojos, gustos y sentimientos por lo que se explica que luego no tengamos para comprar lo realmente necesario.

Nuestros impuestos están trabajando

Esta frase, ya antigua, fue el fruto de la “creatividad” de algún publicista del Gobierno para convencernos de que el dinero que pagamos en los impuestos estaba siendo bien empleado. La frase empezó a adornar artículos, obras en construcción, discursos, etc. Claro, como era de esperarse, la frase fue rápidamente tomada a chunga. Primero, en aquellas épocas de escasa democracia, nuestros gobernantes eran impuestos, no electos. De ahí que fuera tan fácil darle doble sentido a la frase.

La jerarquía de valores

En una nota anterior, comentábamos que el concepto de jerarquía de valores es crucial. Esto es así, por varias razones. Primero, porque tomamos decisiones de acuerdo a la jerarquía que le damos a nuestros valores. Además, al conocer el modo como jerarquizamos los valores, nos conocemos nosotros mismos más a fondo. Finalmente, si hablamos de los valores de un pueblo, el mexicano, por ejemplo, cuando conocemos la jerarquía de valores de la población, conocemos el alma de la cultura nacional. Vamos a explorar estos puntos.

¿Consumir o no consumir?

Ya estamos entrando a la época del año en que a todos se nos tienta con un surtido alucinante de bienes de consumo. Así mismo, es la época en que una gran variedad de personas y personajes nos acusan de consumistas, tratando de frenar todo el dispendio que ocurre en la temporada.

¿Cómo que “mi dinero”?

¡Cómo que “mi dinero"?

Nota introductoria: Si usted no está dispuesto a soportar mi mal humor de hoy, no lea este artículo. Ahora bien -escasos lectores - permítanme aclarar, que de vez en cuando, en la actividad pastoral, los sacerdotes nos topamos con historias matrimoniales producto de una muy curiosa forma de pensar, y que son el motivo de mi disgusto en esta ocasión. Pero antes de tratar el tema permítanme poner un ejemplo para ilustrarlo.

Cochino dinero

Como cada año, en esta temporada navideña, hemos estado recibiendo los famosos catálogos de las grandes tiendas, gracias a los cuales podemos descubrir las 27 cosas que necesitábamos. ¡Qué curioso!

Dado que para vivir es indispensable el dinero, deberemos aprender a usar este recurso bajo esquemas inteligentes, pues como sucede en otros campos de nuestra vida, tendemos a hacerle demasiado caso a lo que nos exigen los antojos, gustos y sentimientos por lo que se explica que luego no tengamos para comprar lo realmente necesario.

El Dios dinero

La generalidad de los humanos centran sus ocupaciones y preocupaciones alrededor del dinero. El vil metal, o “el estiércol del diablo”, en frase de Papini, se ha erigido en un dios, casi omnipotente, que esclaviza y tiraniza a medio mundo y solivianta al otro medio .Donde reina como valor absoluto, los demás valores se difuminan y desaparecen.