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vacaciones

Cuidado integral de la persona

Cuidado integral de la persona

El tiempo de vacaciones nos permite reflexionar sobre el cuidado y aprovechamiento del tiempo, el cual también redunda en el desarrollo de la persona.

Las vacaciones son un espacio que, por justicia se amerita, después de haber trabajado de manera digna y tenaz. Después de haber logrado con esfuerzo las metas propuestas.

Vacaciones, para disfrutar y hacer rendir

Está llegando el tiempo de vacaciones de verano, que incluye sobre todo a los estudiantes, maestros y personal de apoyo en las escuelas; es ocasión favorable para tener vacaciones en familia, pues acomodan en este tiempo vacaciones laborales.

Las vacaciones son tiempo de descanso, merecido por el trabajo intenso; pero también solemos decir “descansar haciendo adobes”, porque descansar no quiere decir flojear, sino cambiar de ritmo de vida para dedicarse a fondo en otros aspectos necesarios por atender en lo personal, familiar o social.

Aprovechar las vacaciones

El ser humano no es “superman”, necesitamos descansar para enriquecer nuestro espíritu, recuperar la paz y hacer el acopio de fuerzas que nos permita entregarnos con nuevos bríos a las tareas habituales. Son muy útiles esos espacios en los que nos separamos un poco de nuestras actividades ordinarias, para verlas en perspectiva, de forma que lo cerrado de la selva no nos impida ver la belleza del bosque, es decir, la belleza y posibilidades de la vida en su conjunto. Es tiempo de soñar, de imaginar, de dirigir nuestras energías hacia horizontes más ambiciosos y ricos.

Santificar las vacaciones

El periodo estivo incluye frecuentemente amplios periodos vacacionales,  por lo menos a nivel escolar. Obviamente el sentido de estos periodos es el descanso. Vacación equivale a descanso. Pero, ¿es indiferente cualquier forma de descanso?, ¿debo descansar también de Dios y sus preceptos?, ¿la fe ofrece o recomienda algún género de descanso?

Vacaciones: ¿es no hacer nada?

Estamos acostumbrados a pensar que cuando llegan las vacaciones, lo ideal sería estar acostados todo el día viendo televisión o películas en video o estar en un lugar lejano rodeado de buenos servicios, en donde nos complacieran todos nuestros caprichos. Creemos que el descanso es no hacer nada. Esta idea es una idea equivocada.

Vacaciones de los hijos, ¿una tortura? Consejos

Vacaciones de los hijos, ¿una tortura?


Fui profesor durante 12 años de un centro escolar con primaria y secundaria. Al llegar la temporada de vacaciones, era típica esta queja de los padres de familia: “¿Qué hacemos con nuestros hijos ahora en las vacaciones? Es muy complicado tenerlos todo el día metidos en casa viendo la televisión, y peor si se van a las ‘maquinitas’ (videojuegos), porque esos lugares están llenos de vagos”.

El verano y la amistad

          Ratzinger decía que “se encontró en una excavación romana en el norte de África una inscripción del siglo II o III, en el mercado argelino de Fimgad, en la que se leían estas palabras: Cazar, bañarse, reír: eso es la vida”, y se acordaba de esto cuando la riada de turistas europeos vienen hacia el Sur “en busca de la vida”, pues piensan –hoy como hace 2000 años- que el tiempo que pasan en los lugares de trabajo es un no vivir, y que vacaciones es “búsqueda de la felicidad”, “deseo