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La voz del Papa

Primeras observaciones de Galileo

Primeras observaciones de Galileo

“En este año 2009, que en el IV centenario de las primeras observaciones de Galileo Galilei gracias al telescopio, se dedica de modo especial a la astronomía, no podemos dejar de prestar una particular atención al símbolo de la estrella, muy importante en el relato evangélico de los Magos, que con toda probabilidad eran astrónomos”. Escuchamos a Benedicto XVI en la reciente fiesta de Reyes.

Balance de 2008

Benedicto XVI hace el balance del 2008, con la Jornada Mundial de la Juventud en Sydney como eje, en su discurso a los miembros de la Curia Romana que resume ahora esta columna semanal La voz del Papa.

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Lo más bello, lo dramático, lo esperanzador

“El Mensaje conclusivo del Sínodo del 2008 es el más bello surgido de una asamblea sinodal”.  Con este comentario no sólo concuerdan varios de los padres sinodales que tomaron la palabra en el debate tras su presentación, sino también una crónica de L'Osservatore Romano.

¿Y quién es el autor de este mensaje, calificado el más bello de una asamblea sinodal? Monseñor Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, es el responsable ahora del Mensaje conclusivo del Sínodo.

El Papa en la ONU

Sería pretensioso querer sintetizar el riquísimo contenido magisterial del mensaje de Benedicto XVI en su reciente viaje a los Estados Unidos. Incluso hacer una presentación exhaustiva de su discurso ante la ONU va más allá de lo que ambiciona este breve espacio editorial. Más bien pretendo espigar algunos párrafos de su discurso a la ONU, en el contexto de los 60 años de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre -que se cumplen este año-, que me parecen especialmente relevantes en el presente contexto cultural.

Octavio Paz /Viktor Frankl

Octavio Paz /Viktor Frankl

Si el más conocido libro de de Viktor Frankl es “El hombre en busca de
sentido”, los conversos a la fe son precisamente hombres en busca de la verdad,
gozosamente encontrada en Dios. El Dios de Abraham, Isaac y Jacob, “Yo soy”,
sale a nuestro encuentro en Jesucristo. Es la historia de amor más conmovedora
la de ese Dios que me amó primero, y tanto, que envió a su Hijo para, que si
creo en el Amor, tenga vida eterna. Sólo me pide la poquedad de mis obras