Wolf Biltzer, de la CNN
Estoy seguro de que el lector habitual de esta columna -al menos habrá por ahí cuatro o cinco- y también el que nunca se interesa por ella, están deseando asomarse más al exitoso Benedicto XVI. En su viaje a Estados
Unidos y a la asamblea general de las Naciones Unidas la tenía difícil y le salió de primera… Algunos periódicos sólo trasmitieron anécdotas del reciente viaje; poco dijeron de sus mensajes... Como el turista que tira el tamal y trata de comerse las hojas de envoltura... Esta es la oportunidad, lector, aunque no acostumbres detenerte en esta columna… Hazlo hoy. Nadie se va a enterar… y “te va a hacer bien”, como dicen cuando te aconsejan un remedio casero…
Si de anécdotas se trata, la corresponsal Carrie Gress nos descubre qué pasó con Wolf Biltzer, de la CNN, y con Tim Russert, de la NBC. ¿No supiste de su entrevista con Benedicto XVI?
Había una emoción sentida por casi todos los implicados, escribe Grees. Incluso la prensa parecía haber sido alcanzada por ella. No pasa todos los días que dos veteranos periodistas se queden estupefactos, en silencio. Wolf Biltzer de la CNN y Tim Russert de la NBC tuvieron ambos una audiencia semiprivada. "Debo decir -no lo digo a menudo-, que verdaderamente me sentí bendecido por haber tenido esta oportunidad de hacer lo que hice", confesó Blitzer en la CNN.
"Saben ustedes, no le hice ninguna pregunta a Benedicto XVI y lo escuché cuidadosamente. Y Tim Russert -si lo pueden creer- fue incluso más educado y estaba más estupefacto y silencioso de lo que yo lo estaba", dijo Blitzer, y añadió: "Pienso que lo que hicimos los dos no afecta a nuestra profesión, a nuestro servicio de noticias. Nos limitamos a estar allí; a estar atentos a lo que nos decía". El lector estará convencido de que comienza aquí una larga, profunda y gran historia.
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Esto ocurrió en Washington. ¿Y en Nueva York? Luke Sweeney, director vocacional de la arquidiócesis de Nueva York, explicó que tras la visita del Papa a Estados Unidos, se ha generado "un tsunami, un buen tsunami de interés" de parte de muchos jóvenes que desean ser sacerdotes.
Según informa el New York Daily News, el Seminario St. Joseph de Yonkers ha recibido una avalancha de solicitudes de muchachos que quieren ordenarse sacerdotes. "Me he estado reuniendo toda la semana con jóvenes y tengo muchísimos e-mails que todavía no he podido responder. Ha sido increíble", explica el Rev. Sweeney. "Estábamos esperando que el Papa convenciera a muchos que estaban considerando el sacerdocio como el siguiente paso. Parece que lo hizo", dice sorprendido Sweeney.
Comenta el caso de un joven, entre muchos, de los que ahora se han acercado al seminario: Vino el día 19 de abril, cuando el Papa se reunió con 25 mil jóvenes y 5 mil seminaristas; y escuchó lo que el Papa decía. “Me dijo que sus preguntas y preocupaciones fueron respondidas cuando lo oyó hablar”.
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¿Pero qué dijo Benedicto XVI a aquellos 30 mil jóvenes que acudieron al Seminario St. Joseph de Yonkers, en Nueva York? Fue profunda y articulada su conversación, como lo fueron antes sus clases de teología en las universidades alemanas. Benedicto XVI reflexiona en voz alta y te hace pensar.
En esta ocasión pidió a los jóvenes considerar los “cuatro aspectos esenciales del tesoro de nuestra fe: oración personal y silencio, oración litúrgica, práctica de la caridad y vocaciones”.
”Lo más importante -explicó- es que ustedes desarrollen su relación personal con Dios. Esta relación se manifiesta en la plegaria. Dios, por virtud de su propia naturaleza, habla, escucha y responde (…). En vez de replegarnos sobre nosotros mismos o de alejarnos de los vaivenes de la vida, en la oración nos dirigimos hacia Dios y, por medio de Él, nos volvemos unos a otros, incluyendo a los marginados y a cuantos siguen vías distintas a las de Dios”.
Hablando en español, pidió que la luz de la fe les impulse “a responder al mal con el bien y la santidad de vida, como lo hicieron los grandes testigos del Evangelio a lo largo de los siglos. Ustedes están llamados a continuar esa cadena de amigos de Jesús, que encontraron en su amor el gran tesoro de sus vidas”.
”Cultiven esta amistad a través de la oración, tanto personal como litúrgica y por medio de las obras de caridad y del compromiso por ayudar a los más necesitados”, les dijo convencido, y añadió: “Si no lo han hecho, plantéense seriamente si el Señor les pide seguirlo de un modo radical en el ministerio sacerdotal o en la vida consagrada. No basta una relación esporádica con Cristo. Una amistad así no es tal. Cristo les quiere amigos suyos íntimos, fieles y perseverantes”.
Emilio Palafox es doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid y colabora en “La voz del Papa”, columna semanal.