La fuente de la felicidad
La
fuente de la verdadera felicidad está en el interior de cada ser
humano, donde Dios se hace paz, alegría, gozo, serenidad para quienes
viven en amistad con él, y no en las cosas exteriores, en las vanidades
del mundo, en las alegrías pasajeras y fatuas, en las sonrisas de
compromiso, en la capacidad de disfrute de los placeres. Por ello, yo
les recomiendo mucha vida interior, mucha vida de unión con Dios, mucha
capacidad de interiorización personal, mucho crecimiento en
profundidad, porque ahí es donde realmente se es feliz.