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Nuestra fuerza esta en Dios

Me
dices en tu carta que de dónde sacas las fuerzas para ser generosa, si
apenas puedes resistir la lucha. La Biblia es una maestra elocuente
para estas situaciones. Cuando los apóstoles están a punto de
naufragar, un gesto de Cristo les salva; cuando san Pablo se queja a
Dios de sus pasiones, Dios le responde: "Te basta mi gracia". La
impotencia humana encuentra su fuerza en Dios, porque todo se puede en
Aquél que nos conforta. Basta pedir esta gracia, basta esperarla, sin
apresurar el momento y la hora de Dios.

Por
otra parte, me dices que "apenas si puedo resistir la lucha". Me da la
impresión de que te consideras sola en la lucha, y es lógico entonces
el sentir esa impotencia. ¿Quién puede por sí mismo ser santo, vencer
las tentaciones, superar las dificultades, si no de echa en los brazos
de Dios?