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Uno de políticos

Con gracia me comentaban unos estudiantes de cómo algunos amigos suyos estudian Ciencias Políticas y bromeaban diciendo que llevan una materia de: “Protestas ciudadanas, paros y manifestaciones”, impartida por un Licenciado en Administración de huelgas. Esta semana, abundando en el mismo tema, me llegó un chiste por correo electrónico que dice así:

Pertenecer al reino de Cristo compromete toda la vida

Es fácil pertenecer a un club deportivo, a un partido político o a una sociedad yogui: no me piden más que unas horas a la semana, dejando intacto el resto de mi vida. Pertenecer, en cambio, al Reino de Cristo, compromete todas las horas del día, todos los días de la semana, las semanas del mes y los meses del año; su exigencia penetra mi intimidad y no deja hueco neutral en mi ser. Es muy difícil ser católico de verdad. Hay gente que cambia de religión y creencia con la facilidad con que se traslada de un club a otro.

Perseverantes hasta morir en la raya

Nada eficaz lograremos en nuestra vida sin una decisión de permanecer en la línea de lo que nos hemos propuesto, concretamente luchar porque Cristo reine en nosotros y, a través de nosotros, porque reine en todos los hombres. Es el problema de la perseverancia ante el cual nos previene Cristo: "El que pone la mano en el arado y vuelve la vista atrás, no es apto para el Reino de los cielos" (Lc 9,62).

Pronunciar su nombre en el corazon

¡Jesucristo! Pronunciar ese nombre es algo trascendente, que no lo comprende quien lo dice con los labios y no con el corazón, la inteligencia, la voluntad y la vida. Los que de verdad lo han pronunciado como la respuesta, el único necesario, el todo, Dios..., o con esos títulos dulces del Evangelio, detrás de cada cual se esconde una experiencia íntima de Jesucristo: "el Señor", "el maestro", "el Hijo de Dios vivo", "el Cristo"..., o como Él mismo se nombraba y tantos así lo experimentaron: "el camino, la verdad y la vida", "la resurrección y la vida".

Política y Valores

Las últimas semanas han sido particularmente molestas para los ciudadanos de este país. Por supuesto, no somos ingenuos. Todos tenemos muy claro que la política tiene mucho de sucio; que hablar de política y valores suena a una contradicción en términos. Pero este año ha sido particularmente traumatizante para la conciencia de los ciudadanos, mayoría silenciosa, que quiere el bien del País. Hemos visto extremos a los que creíamos que nadie se atrevería a llegar.

Pertenencia

Hablando de los valores que los mexicanos reconocemos en el ámbito familiar, el hecho de pertenecer a una familia es un valor que ocuparía, según algunos estudios, el sexto lugar en la jerarquía de valores en este campo.

Lo que valoramos de esta pertenencia, es el hecho de que, el formar parte de una familia, nos da un sentido de identidad y define nuestro papel en la sociedad.

Perdón y Olvido

Hace algunos días, un alto funcionario militar provocó un gran revuelo al pedir, en un discurso público, perdón y olvido, en un discurso un tanto en clave, que fue sujeto a toda clase de interpretaciones. Me llamó la atención como hubo quienes le reprocharon el tomar un concepto católico, como el del perdón, aplicándolo a temas políticos.

Pornografía

Pornografía  

Uno de los elementos que esta minando fuertemente la sociedad y de manera más contundente las familias, es el uso de la pornografía, la cual, como se ha comprobado recientemente, es un elemento "adictivo" como cualquiera de las drogas, a la cual es fácil adherirse y difícil de salir de ella, causando graves desórdenes en la misma persona y en todo su medio.