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Benedicto XVI

La Iglesia, el templo y el hombre

Recientemente el Papa Benedicto XVI dedicó el templo expiatorio de “La Sagrada Familia” proyectado por Gaudí en Barcelona. En la homilía de la Santa Misa hizo unas bellas y profundas reflexiones –apoyado en la liturgia y en la Sagrada Escritura- sobre el templo, la Iglesia y el hombre.  ¿Qué relación puede existir entre un sujeto personal, una institución espiritual y una obra arquitectónica? Aparentemente se trata de tres realidades disímbolas que aparecen bellamente engarzadas en la visión del Pontífice.

Cristianos en Medio Oriente

¿A qué llamamos Medio Oriente y por qué? ¿Qué  es el Código de Derecho Canónico Oriental? ¿Y qué es el actual Sínodo de Obispos católicos para Oriente Medio que se celebra en Roma? Si al lector le interesa alguno de estos planteamientos lo invito a asomarse hoy a la columna La voz del Papa.

Santidad y vida pública

Estamos acostumbrados a pensar en el “santo” (obviamente no el luchador de las películas) como un ser particular, hasta cierto punto ajeno a los problemas sociales, que vive pendiente de una realidad trascendente, a la que considera imprescindible. Desde el Vaticano II la Iglesia no se ha cansado de predicar lo contrario: todos estamos llamados a buscar la santidad, cada uno en el lugar que ocupamos en la sociedad. Sin embargo, también hay que decirlo, la grandísima mayoría de las canonizaciones son todavía de sacerdotes y religiosos.

Santidad para los jóvenes

Se podría afirmar que Benedicto XVI simple y sencillamente se descaró con los jóvenes en su reciente viaje al Reino Unido. No se anduvo con rodeos y se fue a lo esencial: “hay algo que deseo enormemente deciros. Espero que, entre quienes me escucháis hoy, esté alguno de los futuros santos del siglo XXI". ¿Qué espera el Papa de los jóvenes de Escocia y del mundo entero por extensión? ¡Que sean santos!

Los laicos y la renovación social

      En su reciente viaje al Reino Unido el Papa Benedicto XVI ofrece a los fieles laicos, es decir, a los fieles comunes y corrientes, de a pie, sin ninguna consagración particular o ministerio eclesial determinado, un potente mensaje, un auténtico desafío y un horizonte atractivo para su vida y su labor cotidiana.  Quiere despertar de la apatía, de la modorra y el pesimismo a la parte más consistente –por lo menos numéricamente- de la Iglesia, la parte que puede fecundar y transformar el mundo.

David Cameron y la colaboración Iglesia-Estado

      Un indudable indicio de madurez política es la capacidad de colaboración y sinergia que se establece entre los diversos componentes de la sociedad en un estado determinado.  En la relación entre la Iglesia y el Estado, entre el ámbito religioso y el civil se descubre con frecuencia si esa madurez se ha alcanzado, o si por el contrario persisten prejuicios e intolerancias entre los diversos actores de la sociedad civil.