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Año Sacerdotal

Cooperadores de la Verdad

El Año Sacerdotal está llegando a su fin. Independientemente de la “purificación” que ha tenido la Iglesia, y más concretamente los sacerdotes, “purificación” que conduce a la necesidad y el deseo de conversión y penitencia, puede constatarse el clamor del Señor: “la mies es mucha, los trabajadores son pocos, rogad al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”. Más que centrarnos en lo que está mal, en la parte podrida del fruto, es preciso mirar con esperanza lo mucho que hay por hacer. 

El padre

Muchos católicos comparten la experiencia de haber conocido a un sacerdote que, de alguna forma, ha sido como un padre para ellos. Son muchos menos los que pueden decir, como el escritor inglés John Ronald Reuel Tolkien, que un sacerdote ha sido para ellos como un padre, «más que la mayoría de los verdaderos padres». Cuando la madre de Tolkien enviudó, en 1896 -el joven Ronald tenía cuatro años-, comenzó un camino que acabó llevándola a la Iglesia católica, junto a sus hijos y su hermana May, en 1900.

La cruz y la resurrección del sacerdote

Sé lo que quiero deciros y me gustaría acertar, porque en esta ocasión os hablaré de los sacerdotes. Lo hago en una semana en la que el único protagonista es Jesucristo en su misterio de muerte y resurrección; pero entiendo que hablando de los sacerdotes, hablo del Señor. Sé que esta afirmación me la podéis desmentir; sobre todo cuando los sacerdotes son protagonistas de pecados horrendos, que a todos nos duelen y abochornan, como los que últimamente se están conociendo.

Un celibato triste es un mal celibato

La vigencia y riqueza del celibato ha sido una de las cuestiones que más interés han suscitado en el Congreso mundial, el 11 y 12 de marzo, sobre el sacerdocio, organizado por la Congregación vaticana para el Clero, en la Universidad Pontificia Lateranense de Roma. En el encuentro, una de las citas más importantes de este Año Sacerdotal, con la participación de 50 obispos y de más de 500 presbíteros, intervino Benedicto XVI para subrayar la necesidad de que el sacerdote tenga muy claro su pertenencia a Dios, y no a los vientos culturales de este mundo.

Sacerdocio común

Mucho se ha comentado a propósito del sacerdocio durante el año sacerdotal; es preciso hacerle eco. Poco se ha hablado sin embargo de la dimensión sacerdotal que tiene la vida de todo fiel cristiano, y que sin ser el motor ni el objetivo del año dedicado al sacerdocio, no por ello deja de ser una pieza fundamental de la fe, que a la postre contribuye decisivamente para que el sacerdote comprenda y realice eficazmente su misión.