Hablemos del Amor
La vida tiene muchos aspectos pero nuestra época se ha centrado en uno de ellos: la afectividad. El tema de las relaciones sexuales es uno de los más discutidos y de los menos entendidos.
La vida tiene muchos aspectos pero nuestra época se ha centrado en uno de ellos: la afectividad. El tema de las relaciones sexuales es uno de los más discutidos y de los menos entendidos.
El sexo como pasatiempo
1.- Un caso de la vida real
Se llama... y tiene ya 16 años. Estudia el tercero de secundaria. Su madre confió en la palabra de una gran inmaduro que, para sentirse hombre, seducía mujeres. Así nació ... Algunos familiares quisieron convencer a la burlada madre de que abortara, pero ella no cedió. La madre murió pronto. El padre, que vive en la misma villa, vuelve la cara cuando lo encuentra. Lo crió la abuela. De ella recibió una nada dulce mezcla de amor y reproche.
A principios de los “ochentas” recuerdo haber escuchado la historia de unos jóvenes quienes se fueron a divertir a Acapulco donde conocieron a unas chicas norteamericanas con las que, no conformes con pasar juntos todo el día, decidieron pasar también la noche. Al amanecer las jovencitas habían desaparecido, pero les dejaron un recado escrito con lápiz labial en el espejo del baño. El mensaje decía: “Welcome to AIDS” y así fue, tiempo después, cuando se hicieron los análisis dieron positivo: Los habían contagiado de SIDA. ¿Maldad, broma, inconciencia o venganza? Sólo ellas podían saberlo.
Diversas ciencias sociales han tratado de explicar el fenómeno del amor. La psicología y la antropología desbordan libros y tesis en un esfuerzo por entender los mecanismos de este sentimiento.
Pero... ¿es un sentimiento? ¿Una pasión? ¿Un juego de pensamientos? Muchas veces no nos explicamos por qué un determinado hombre se enamora de una determinada mujer. Lo que en lenguaje común y corriente muchas veces traducimos por “¿Qué es lo que él pudo ver en ella? o ¿Qué es lo que ella pudo ver en él?
“Si me quieres, dame una prueba: ¡entrégate a mí!”, dice el novio.
“Si te quiero a la mala, sí te la daré, para que te degrades tú y, a su vez, me degrades a mí”.
“Hablo en serio, te amo. ¿Cuándo vas a ceder?”, insiste él.
“No soy coche para que me pruebes; soy persona, única e irrepetible. Ceder una o dos veces equivale a rodar cuesta abajo... Hasta aquí dejamos nuestra relación. No quiero que el hombre de mi vida llegue a decirme: “¿cuántas veces has sido probada y rechazada?”.
Hoy día, cualquier adolescente, incluso prematura y precozmente, está más que informado sobre sexo. Lo que no está es educado sobre sexo.
Una vez más salta a la actualidad de los medios-con ocasión de la encuesta promovida por la Consellería de Salud de la Generalitá por la instalación de máquinas expendedoras de condones en los institutos-el serio y recurrente problema del sexo en los adolescentes.
A cualquier persona normal, que no esté ciego por prejuicios ideológicos, le parecerá una medida contraproducente y una incitación descarada a la práctica del sexo entre adolescentes, la medida progresista adoptada por la Generalitat.
Como si no fuera suficiente la propaganda del preservativo con la campaña del “póntelo y del pónselo” que multiplicó los embarazos indeseados, ahora echan gasolina al fuego y juego juvenil, con el regalo gratis de la píldora del día después.
“Lucía y el sexo”, filme pornográfico donde los haya, se pasó en hora punta -10 de la noche- en La Primera de TVE ,costeada con los impuestos de todos los españoles. Ya no es necesario ir a ningún video club para alquilar mercancía averiada. Los dirigentes del ente oficial, te la ponen gratis en tu casa. Eso sí ,con un previo y desmedido elogio al filme y a su director vasco, Julio Medem, el mismo autor del filme “La pelota vasca”, subvencionada por el PNV en el último certamen de cine de San Sebastián.
Es una vieja acusación hecha a la Iglesia católica de que "está demasiado obsesionada con el sexo". No se puede negar que todo lo referente al sexo es una realidad primordial en las personas como en su entorno.
Quizás en el pasado la moral de la Iglesia era demasiado estricta. En la actualidad, han sido, precisamente, aquellos que inculpaban a la Iglesia de obsesión, los que han cogido la delantera y han hecho del sexo EL NEGOCIO más rentable.