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Sexo en el cine

“Lucía y el sexo”, filme pornográfico donde los haya, se pasó en hora punta -10 de la noche- en La Primera de TVE ,costeada con los impuestos de todos los españoles. Ya no es necesario ir a ningún video club para alquilar mercancía averiada. Los dirigentes del ente oficial, te la ponen gratis en tu casa. Eso sí ,con un previo y desmedido elogio al filme y a su director vasco, Julio Medem, el mismo autor del filme “La pelota vasca”, subvencionada por el PNV en el último certamen de cine de San Sebastián.

Una vez más, se ha reabierto la resobada y resabida polémica de los límites entre erotismo y pornografía en el cine. Algún comentarista da la impresión de haber descubierto el Mediterráneo. Ignora que ya hace muchos siglos en la Biblia –Ecles.1-10- dejó sentenciada el sabio Salomón la realidad de la vida humana con lo de “Nihil novum sub sole”. En efecto. Un cultivado anciano escribía ha poco : “Nunca pasa nada que no haya sucedido ya”. Desde el inicio del celuloide más rancio-cine mudo-el sexo ha estado siempre presente, como la vida misma, en innumerables películas. Ahora bien, todo puede y debe tener un límite y no tratar de dar gato por liebre al espectador.

En muchas ocasiones ante la carencia de ideas, imaginación y profesionalidad de ciertos cineastas , se recurre al reclamo de filmar escenas y más escenas explicitas de sexo - porno encubierto- para rellenar el vacío de otros valores éticos y cinematográficos.

El gran novelista desaparecido Gonzalo Torrente Ballester dejó escrito que el buen cineasta no se recrea necesariamente, en escenas interminables de sexo y de alcoba. Es tomar por tonto al espectador y además demuestra escasa inteligencia. Aunque eso esté de moda. Basta sugerir más que mostrar . Todo se puede decir sin caer en el mal gusto. Grandes y célebres directores españoles y extranjeros, nos han dejado obras maestras de la historia del cine sin recurrir a la pornografía o al desnudo integral.