Escribiendo.
Escribiendo
Escribir cuesta trabajo,
pero vale la pena.
Vale la pena escribir una página diaria.
No hay que desanimarse, porque días hay
en que nada viene a la pluma;
días en que uno no puede contar lo que sufre,
porque es un dolor para guardar.
¿Dónde aprendiste las letras?
La fragua, amigo, el yunque y el martillo,
-me respondiste-.
Mira estas manos encallecidas,
mira el sudor en la frente.