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Padre Mariano de Blas L.C.

La cruz que te dan.

La cruz que te dan

No te hagas el gigante.

Lleva la cruz que te dan,

no lo que tú te fabricas.

Llévala con amor,

con mucho amor y pesará menos.

Cuanto más amor, menos peso.

Y mira a la cima del Calvario.

De eseárbol bendito penden los frutos

que más ambicionas:

la salvación de muchos,

la salvación tuya,

el cielo eterno.

Cruz sin Cristo

Cruz sin Cristo

La cruz me asusta.

Su simple nombre de una sílaba

me abruma.

Pero es porque he luchado muchos años

con una gran cruz fantasma,

la cruz de mi fantasía,

una cruz sin Cristo,

la cruz enorme de toda una vida,

una cruz que no era la que Dios cargaba

amorosamente sobre mis hombros,

la cruz de mi rebeldía.

Amor que hace sufrir.

Amor que hace sufrir

Por amor me creó

y por amor sigo en este mundo.

Por amor...

Mi vida no ha sido sino un largo, paciente,

increíble camino de amor.

Pero no exigir del amado

que sea lo mejor,

sería indiferencia, lo contrario del amor.

Por eso es un amor que no deja en paz,

que hace sufrir.

No importa que ahora no sepa agradecerlo.

Quedará una eternidad en el cielo

para decirte mil veces:

Sal de tu tumba.

Sal de tu tumba

Al cruzar el umbral de esa cárcel

se abre ante mis ojos

un camino de luz y de esperanza.

Desde lejos una mano me hace señas

y una voz amiga

me grita con tono de mando:

“Sal de tu tumba, prisionero .

Eres libre.

Comienza el camino de la libertad,

del cielo,

de todo lo que no te dejaron realizar

tus antiguas cadenas”.

Quiero luchar.

Quiero luchar

Quiero luchar.

Quiero aceptar gozosamente la vida

como una batalla de todos las horas,

de todos los minutos.

Luchar de rodillas

arrancando la luz y la vida a Dios

en cada Eucaristía.

Endurecer el rostro a los vientos y lluvias,

soles y fríos de las noches.

Luchar por construir

con los cuatro viejas tablas de mi naufragio

un monumento al valor y al heroísmo.

Te quiero alcanzar.

Te quiero alcanzar

Sé que tengo que luchar

la batalla definitiva

por alcanzar a ese Dios maravilloso

de mis días felices

y de los ratos breves, pero apasionantes

de mi vida buena.

Te quiero alcanzar.

Quiero decirte y gritarte

con la fuerza de un reo indultado:

Hoy comienzo una nueva vida.

Quiero vivir.

Ayuda mi vida.

Hombre nuevo.

Hombre nuevo

Soy un hombre nuevo.

Hoy comienzo una nueva vida.

Estampa en mi alma,

como un sello indeleble,

tu divino beso.

Hazme disfrutar

del gozo inefable

de un hijo de Dios,

de un resucitado

que ha dejado en el sepulcro

los harapos,

la fea piel del hombre viejo.

Que muera en mi todo lo que deba morir

y que viva sólo aquello

que valga la pena de vivir.

Ser santo.

Ser santo

Ser santo

fue desde la infancia

mi sueño dorado.

Y en mi edad madura

ese sueño no ha muerto.

Sigue siendo mi meta primera.

A veces parece que muere,

cuando me revuelco en mi sangre

con elánimo partido,

pero me levanto muchas veces,

todas las que son necesarias

y lo vuelvo a intentar.

Mientras dure la vida

la esperanza está abierta y se puede.

Cuernavaca.

Cuernavaca

Cuernavaca es un paraíso de flores,

deárboles y clima siempre feliz.

Su cielo sereno me serena a mi,

sus flores de mil colores

vuelven feliz a mi espíritu cansado.

Si te contara que me encuentro cobijado

a la sombra protectora

de un gigantesco laurel de la India,

que me roza la piel una brisa matutina y refrescante,

que siento la presencia del buen Dios

dentro de mi,

Subir.

Subir

He empezado desde abajo

donde se mueven millones de seres;

pero he comenzado a escalar la cumbre

y a medida que subo un poco más,

me encuentro con menos gente,

aunque más cultivada.

Y quiero seguir subiendo.

Ya somos menos.

Quiero encontrarme con menos hombres

cada vez,

más solitario,

porque, a medida que se sube,

quedan atrás los mediocres.