Cuando el entusiasmo se va
Cuando el entusiasmo viene a casa
es como abrir las ventanas
y contemplar un bello paisaje,
escuchar una música celestial;
es sentir la vida en el alma.
Pero cuando el entusiasmo se va,
llega la noche;
y no la noche de luna y estrellas,
que esa es una hermosa noche,
sino las nubes negras,
el frío y la niebla,
que obligan a cerrar las ventanas.