Paz de los lagos
He venido a sentarme
en la misma piedra de otros tiempos,
a beber y aspirar la paz de este paisaje:
ante mis ojos tengo aquellas montañas
de suaves laderas y abruptas en su cima.
En el valle duermen
dos pueblos de tejados rojos.
Y el lago manso y sereno en el centro.
Más cerca de mi
los maizales de tallos altos,
ricos de esperanza, siguen creciendo.
Paz de los lagos...
Paz que ahora tengo,
y siempre quisiera tener.