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Padre Fernando Pascual L.C.

¿Imágenes eternas?

¿Imágenes eternas?

Gracias a los fotógrafos, hemos visto millones de veces, “inmortalizados”, a políticos y artistas, deportistas y científicos. Con su cámara y su destreza, desde ángulos y luces caprichosas, “eternizan” acontecimientos y personajes.

¿Eternizan? ¿Inmortalizan? ¿No será que estamos abusando del lenguaje? La fotografía, ciertamente, fija, conserva, un segundo en el devenir humano. La imagen queda, pasa a los libros, a la prensa, a internet... Queda, dicen, eternamente...

Iglesia evangelizada y evangelizadora. Un breve resumen de la exhortación “Evangelii nuntiandi” de Pablo VI

Iglesia evangelizada y evangelizadora. Un breve resumen de la exhortación “Evangelii nuntiandi” de Pablo VI

El 8 de diciembre de 1975, a los 10 años de la conclusión del concilio Vaticano II, y como fruto de la III asamblea general del sínodo de los obispos (1974), Pablo VI publicaba la exhortación apostólica postsinodal “Evangelii nuntiandi”, centrada en el tema de la evangelización.

Huellas en la playa

Huellas en la playa

Un día tibio, de paseo por la playa. Las olas besan las orillas, mientras la arena acoge mil suspiros.

El lugar, solitario, sereno. Junto a la orilla avanzo. Junto al mar, unas huellas. Alguien ha pasado. Tiene los pies pequeños. Algo puedo saber del caminante, por sus huellas, por lo que ha dejado con su cuerpo entre la arena.

Luego, nada. No hay señales. Sólo brilla el mar, juega a los espejos. Un rumor inquieto llena el ambiente, mientras el sol calienta aguas, tierra y pensamientos.

Ideas de Dios y oración

Dialogar con Dios puede resultar difícil. La vida de oración necesita, para desarrollarse, una buena tierra y una serie de factores que no siempre se dan juntos. Necesita, sobre todo, quitar obstáculos que ahogan el corazón, que impiden volar hacia Dios.

Quizá uno de los mayores obstáculos consiste en tener una idea equivocada de Dios, una idea que hace poco agradable, o poco profundo, o poco serio, el trato con Aquel de quien venimos y a quien vamos.

Hacia el encuentro con la Vida

Desde que nacemos, toda nuestra vida es un continuo frenesí. Primero, la velocidad de un embrión, de un feto, que crece y crece con energías insospechadas. Luego, las inquietudes de un bebé, sus lloros, su sonrisa, sus sueños y sus pataleos. Llegan en seguida los primeros pasos, la aventura de un idioma, el descubrir mil cosas nuevas, el continuo “probar” con la boca a qué sabe cada clavo, pedazo de madera o juguete de plástico. Luego, el deseo de mayor libertad, los coscorrones, el inicio del parvulario...

Hablar con la Madre, hablar con María

Es hermoso poder tener un momento, en la tarde, con la madre. Poder recordar los días de la infancia, los juegos y las enfermedades, los viajes y los días de lavar la ropa, los desórdenes de la cocina y las peleas de las hormigas en la panera. Poder recordar esos ratos junto al lecho, cuando la sangre salía por la boca, cuando la fiebre subía por la tarde, cuando no había manera de probar un bocado de comida hecha a base de cariño y de paciencia.

Dos jilgueros y un nido

Dos jilgueros se dedican a construir, desde hace varios días, su nido. Vienen y van con pequeñas ramas y otros materiales para prepararlo con el confort que desean ofrecer a sus hijos. Pronto llegará el momento de la espera: pondrán los huevos y aguardarán a que nazcan, si nadie lo impide, esas crías que serán, en unas semanas, nuevos jilgueros, alegres pájaros entre los árboles de un parque de ciudad o de un bosque en medio de los campos.