Pasar al contenido principal

Padre Fernando Pascual L.C.

La familia, escuela de humanización

La apertura al amor es una de las características más profundas y más hermosas del ser humano.

Estamos hechos, física y espiritualmente, para amar. Toda nuestra existencia se explica desde el amor y para el amor. Sin amor, somos incomprensibles, como un coche sin ruedas o como una pantalla sin imágenes.

El amor orienta al hombre y a la mujer a la total entrega mutua en el matrimonio. Esta vocación a darse plenamente al otro muestra de un modo profundo que somos imagen y semejanza de Dios.

La guerra y el aborto

¿Resulta correcto hacer comparaciones entre la guerra y el aborto? Las diferencias entre ambos hechos son notables, pero también hay puntos de semejanza.

En la guerra luchan entre sí adultos. Dos ejércitos se afrontan directamente, hombres armados combaten entre sí. A veces mueren civiles (les llaman víctimas o daños “colaterales”), pero lo que más buscan los militares es eliminar a los hombres o mujeres armados del bando contrario.

Voto popular y derechos humanos

Hay lugares del planeta donde todo parece ir al revés. Si un referéndum popular o un parlamento aprueba una ley a favor del aborto o del mal llamado “matrimonio entre personas del mismo sexo”, casi nadie está dispuesto a parar esas leyes, como si fuera suficiente el voto “democrático” para justificarlas.

El momento presente

El P. Jean Pierre de Caussade (1675-1751) explicó con profundidad y sencillez cómo Dios nos habla a través de dos caminos. El primero es la Sagrada Escritura. El segundo es el momento presente.

Los dos caminos nos llevan a Dios si usamos la “llave maestra” para leerlos de modo correcto: la fe, la esperanza, el amor.

El don de la fe

Hemos escuchado más de una vez frases como las siguientes: “No tengo fe. Reconozco que es hermoso creer, incluso a veces siento algo de envidia cuando veo que otros creen. Pero a mí Dios no me ha dado ese don”.

El incendio

En un bosque se concentran muchos años de historia. Matorral, árboles, animales y hombres han dejado aquí y allá sus huellas. Unos han sembrado, otros han vivido, de otros sólo quedan ramas secas y un recuerdo agradecido. La lluvia, todos los años, repartió sus caricias entre troncos y hojas que empezaban, poco a poco, a reunirse en un abrazo intenso.

El jubileo termina, Cristo permanece

El jubileo del año 2000 llegó a su fin. Quedó cerrada la puerta santa de la basílica de San Pedro en Roma. Se acabaron los grandes viajes de peregrinos, las oraciones especiales, los momentos de penitencia, las confesiones más o menos masivas. Los santuarios ven bajar el número de peregrinos, si bien siempre habrá hombres y mujeres dispuestos a una experiencia diversa, más profunda, de Dios.

Jóvenes... y sacerdotes

¿Todavía hay jóvenes que deciden ser sacerdotes? La pregunta es legítima, porque sorprende encontrarse con jóvenes que deciden seguir la vocación sacerdotal.

La respuesta, gracias a Dios, es afirmativa: sí, todavía hay jóvenes que desean ser sacerdotes. Porque el hombre sigue siendo hombre, a pesar de tantos progresos y de tanta técnica. Porque hay pecados que perdonar, porque hay corazones hambrientos de esperanza, porque hay miserias materiales y espirituales, porque la vida humana no termina cuando se apagan nuestras neuronas.