Savio Hon Tai-Fai
¿No se te hace, lector amigo, un objetivo fascinante? ¡Llevar a los hombres la luz de la verdad! ¡Está tan oscurecido el horizonte! Difícil tarea, es evidente -como toda empresa noble-, pero no imposible. Empresa atrayente, seductora, por la que vale la pena dar la vida. Viajando por la ciudad de Roma leí en un muro esta antigua inscripción latina: “nil dificile volenti”: nada es difícil para el que quiere. “Llevar a los hombres la luz de la verdad”, nos propone ahora Benedicto XVI. Recordar al hombre -a cada hombre y a cada mujer- su gran nobleza de hijos de Dios.