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muerte

El David de la vida frente el Goliat de la muerte

Llegan malas noticias para la causa de la vida. Un día leemos que un país legaliza un nuevo motivo para el aborto. Otro día, que aumenta el número de jóvenes muertos por droga. Otro, que la eutanasia va a ser aprobada aquí y allá. Otro, que la clonación no fue prohibida en la ONU porque algunos quieren tener permiso para crear embriones clonados para experimentar con ellos y destruirlos. Otro, que se usarán miles y miles de embriones abandonados en Europa y América como si fuesen sólo material biológico de gran utilidad...

Muerte y vida

Muerte y vida

Muerte. Una palabra que llena el alma de congojas, de miedos, de amargura. Una palabra que significa el paso al reino de lo incierto, el fin de los sueños y esperanzas, la ruptura con aquello que creímos era nuestro.

Muerte. Una certeza, quizá la única que tenemos: un día ella llamará a nuestra puerta, y, con o sin permiso, entrará. Odiada o amada, deseada o temida, entrará, como un ladrón, cuando no lo esperemos, cuando no lo queramos, cuando no lo pensemos.

Muertes por RU-486

En los últimos días la opinión pública ha dado el alerta: 6 mujeres han muerto en Estados Unidos tras haber usado la píldora abortiva RU-486 (conocida también como Mifeprex o Mifepristone). Una píldora cuyo fin es producir el “aborto químico” (o aborto farmacológico) de un embrión precoz. Una píldora pensada para evitar los “daños” y peligros del aborto quirúrgico, para disminuir traumas, para hacer más fácil y menos costoso el gesto de acabar con el propio hijo.

La pena de muerte

La pena de muerte

 

El P. Fausto Gómez imparte clases de bioética en una universidad católica de Filipinas. Un día habla de la pena de muerte, y se muestra abiertamente contra ella: es urgente abolirla como instrumento penal.

Pero una estudiante no parece estar de acuerdo. La chica pide la palabra y dice: “Padre, yo estoy a favor de la pena de muerte”. El padre le pregunta: “¿Eres cristiana?” Ella responde: “Sí”.

La cultura de la muerte

La encíclica Evangelium vitae, publicada por Juan Pablo II en 1995, denuncia en diversos momentos los peligros de la “cultura de la muerte”. ¿Qué se entiende con esta expresión “cultura de la muerte”?

Lo primero es darnos cuenta de que la palabra “cultura” tiene muchos significados. Un primer significado alude simplemente al bagaje personal, a la formación adquirida por un individuo, una formación que incluye tanto conocimientos como capacidades para la acción.

La moral y las leyes

Cuando una sociedad debe legislar sobre la vida y la muerte pone en juego todos sus valores y energías. No es indiferente admitir o no admitir el aborto. No es indiferente prohibir o permitir el infanticidio de niños que nacen con grandes deformaciones. No es indiferente decidir sobre lo que se hace en un hospital con un anciano que ve llegar la muerte en pocas semanas o días.