Aprendamos de los muertos
A veces no me resulta fácil hilar las ideas para escribir el artículo comprometido con la redacción del periódico para cada semana; y ésta es una de esas ocasiones. Por lo que ahora, me tapo con un parche el ojo izquierdo, me visto una camisa de seda tres tallas más grandes de los que realmente necesito, me dejo crecer la barba una semana, me subo a una galera de velas hinchadas por el viento, y con un sable en la mano: me convierto en...: “pirata”. Chan, chan, chan chán, y a copiar textos de otros.