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Las lágrimas del profeta

Las lágrimas del profeta

El profeta acababa de huir de la ciudad. Después de 3 meses de predicación, las cosas se habían puesto muy difíciles. Críticas, insultos, denuncias, y un proceso judicial que algunos pidieron para condenar a aquel personaje tan incómodo.

El profeta llegó a un bosque de robles. Cansado, bajo un árbol más tupido, se sentó. Empezó a recordar su predicación, y elevó su lista de protestas al Dios que lo había enviado.

Las lágrimas del Papa

Las lágrimas del Papa

 

¿Existe algo que pueda hacer llorar a un Papa? ¿Serán sus problemas de salud, sus cansancios, su vejez? Quizá un Papa llora porque hay cristianos perseguidos, porque hay mujeres maltratadas, porque hay niños que mueren de hambre o de tristeza, porque hay enfermos de SIDA a los que se les niega una medicina y un poco de respeto y de cariño.

La lealtad

Solidaridad

Martha y Jazmín eran grandes amigas, compañeras en la secundaria, vecinas y catequistas en el mismo equipo parroquial. Pasaban casi todo el día juntas porque eran casi como hermanas. Ambas mamás veían con agrado esa amistad tan estrecha y tan sincera, hasta que un día a Martha le afectó la edad y se volvió rebelde. Comenzó a aborrecer a la pobre mamá, que no sabía qué hacer con su hija, quien de la noche a la mañana se había convertido en su peor enemiga.

Es ley de vida el crecimiento

Cristo nos presenta como condición primera de seguimiento la necesidad de negarnos y morir a nosotros mismos diariamente. Y hablando del Reino de Dios, confirma esta ley de crecimiento: es la semilla arrojada en el campo que no deja de crecer día y noche, es el fermento que ejerce constantemente su acción transformadora en la masa, es la red arrojada al mar que va arrastrando toda clase de peces.

Lo más bello, lo dramático, lo esperanzador

“El Mensaje conclusivo del Sínodo del 2008 es el más bello surgido de una asamblea sinodal”.  Con este comentario no sólo concuerdan varios de los padres sinodales que tomaron la palabra en el debate tras su presentación, sino también una crónica de L'Osservatore Romano.

¿Y quién es el autor de este mensaje, calificado el más bello de una asamblea sinodal? Monseñor Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, es el responsable ahora del Mensaje conclusivo del Sínodo.