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Dianética

Dianética o La Iglesia de la Cienciología


Esta Iglesia o secta fue fundada por Lafayette Ronald Husbbard (1911-1986) en Estados Unidos. El fundador era un ex-oficial de la marina y escritor de ciencia ficción.

En la base de esta secta se encuentran ideas del hinduismo, el budismo y de las tradiciones cabalísticas. A partir del aquí propone una realización espiritual del hombre. Usa técnicas psicológicas y aparece como una filosofía religiosa que ayuda al hombre en su
comunicación, sufrimientos y salud espiritual.

El dia que me rinda

El día que me rinda

Estoy herido en las alas

y no puedo volar.

Esfuerzos hago, trato de levantar el vuelo,

pero todo se reduce a saltos, a brincos,

que terminan de bruces en el suelo.

Claro que no me resigno:

Todos los días comienzo,

todos los días emprendo de nuevo la lucha

por los grandes ideales

y vuelvo a empezar.

Esto importa mucho.

Porque el día que me rinda,

habré muerto.

Dejar de luchar equivale a morir.

Desde el dia del bautismo

Desde el día del bautismo

Desde mi bautismo soy hijo de Dios.

¡Qué verdad tan hermosa

y qué hermosura tan verdadera!

Y he sido templo del Consolador.

Y he sido y soy heredero

de la gracia más grande del mundo:

un cielo eterno.

Naciste para el cielo.

Vuela alto; no hagas tratos

con los sapos de los charcos,

sino con laságuilas reales

que surcan los cielos.

Daré la vida

Daré la vida

Llegó a su final

como el manso río a la mar

el retiro de ocho días.

Poco a poco fueron engrosando su cauce

hasta llegar repletos a la mar.

Daré la vida por mantener vivas

las verdades que allí me cimbraron.

Lo que allí fue verdad es verdad fuera.

Y el amor que allí encontré

es el amor de todas las sendas,

de todos los días,

Mi denario.

Mi denario

De mañana, imparto un retiro vibrante,

a una grupo de almas jóvenes;

una siembra más en la tierra de Dios.

Él regará y la hará germinar,

y al final de la jornada,

depositará en mi mano encallecida

el denario que su bondad me ha prometido.

Soy obrero de la primera hora,

he aguantado el peso y el calor de toda la jornada.

David y Goliat.

David y Goliat

Soy un David

con su honda y sus guijarros.

Debo ir a la lucha

en el nombre del Dios de los ejércitos,

pues, de lo contrario,

de zagal no paso.

Y, con unas piedras de río en mi zurrón,

no iré muy lejos.

Pero, si voy en nombre de Cristo,

cada piedra puede derribar

a un Goliat.

Dejar de ejercitarse.

Dejar de ejercitarse

Si se deja de luchar,

se pierde poco a poco,

pero inexorablemente,

lo que se logró con ímprobo ejercicio.

Deja de ejercitarte,

deja de luchar

y todo, todo, sin ruido, se fue.

Para destacar en un arte,

se requiere de ejercicio,

de ejercicio duro y persistente.

Dejas de luchar y se terminó el éxito.