Desde el día del bautismo
Desde mi bautismo soy hijo de Dios.
¡Qué verdad tan hermosa
y qué hermosura tan verdadera!
Y he sido templo del Consolador.
Y he sido y soy heredero
de la gracia más grande del mundo:
un cielo eterno.
Naciste para el cielo.
Vuela alto; no hagas tratos
con los sapos de los charcos,
sino con laságuilas reales
que surcan los cielos.