Roma no se hizo en un sólo día
Vemos
con tristeza el desmoronamiento frecuente de matrimonios que comenzaron
con los mejores deseos e ilusiones. ¿Qué está pasando? ¿Por qué
fracasan los proyectos de realización en común, dejando sentimientos de
frustración y desadaptaciones que socavan las fuerzas e ilusiones de
gentes bien intencionadas? Sencillo: falta una buena dosis de esfuerzo
y, sobre todo, no se le da tiempo al tiempo.