Doctrina Social Cristiana
El ex Primer Ministro de Inglaterra, Tony Blair, señaló en una entrevista a L'Osservatore Romano que la religión -refiriéndose concretamente la Iglesia Católica- tiene un rol crucial en el desarrollo de los pueblos y siempre está orientada a lograr el bien común.
1.- La nueva Encíclica del Papa Benedicto XVI se inspira en el pasaje de la carta de San Pablo a los Efesios que dice: “Viviendo según la verdad y en el amor, creceremos de todas maneras hacia aquel que es la cabeza, Cristo” (Cf. Efesios 4,15)
1.- Tenemos en México el problema de la mala distribución del ingreso, y generalmente esto lo adjudicamos a la empresa, debido a los salarios que paga. A pesar de que en la empresa se genera gran parte del ingreso no es ella la que debemos señalar culpable de la mala distribución de la riqueza. La compensación salarial no depende sólo de la capacidad de la empresa ni del empresario.
1) Para saber
Es un sentir común la necesidad que hay de ser justos y de vivir la caridad. Pero, ¿de dónde proviene la caridad? ¿cómo conseguirla? El Papa Benedicto XVI nos da la respuesta: “La caridad es amor recibido y ofrecido. Es «gracia» (cháris). Su origen es el amor que brota del Padre por el Hijo, en el Espíritu Santo. Es amor que desde el Hijo desciende sobre nosotros” (Caridad en la Verdad, n.5).
Nuestra cultura occidental ha dejado marginados los temas humanos . Nos resistimos a perder los logros materiales de nuestra sociedad opulenta, mientras nos hemos acostumbrados a vivir sin saber por qué y para qué vivimos. Las gentes se muestran interesadas por las seguridades materiales y económicas y muy despreocupadas por encontrar la razón última de la humana existencia
En el cuarto capítulo de su encíclica “Caritas in veritate” Benedicto XVI hace una aguda observación que puede ser interesante comentar: “Hoy se da una profunda contradicción. Mientras, por un lado, se reivindican presuntos derechos, de carácter arbitrario y voluptuoso, con la pretensión de que las estructuras públicas los reconozcan y promuevan, por otro, hay derechos elementales y fundamentales que se ignoran y violan en gran parte de la humanidad”.
Desde el principio, Caritas in veritate declara su afirmación principal: “La caridad en la verdad, de la que Jesucristo se ha hecho testigo con su vida terrenal y, sobre todo, con su muerte y resurrección, es la principal fuerza impulsora del auténtico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad” (n. 1). “La fuerza más poderosa al servicio del desarrollo es un humanismo cristiano” (n. 78).
En su tercer capítulo, la carta encíclica “Caritas in veritate” se detiene más detenidamente en la noción de “gratuidad” como aspecto clave para replantear la vida del hombre y más concretamente su actividad económica. Si bien la “gratuidad” tiene hondas raíces dogmáticas (baste pensar en el contenido de la palabra “gracia” en la tradición cristiana), también goza de una dimensión claramente antropológica, anclada en la naturaleza humana que rebasa las fronteras de la fe, para convertirse en una noción de carácter interreligioso e intercultural.
Desde que Malthus publicó su teoría en el siglo XVIII, el temor de que haya tantas personas en el mundo que falte espacio y comida para todos, con las consecuencias que ello acarrearía, ha sido causa de muchas políticas encaminadas a evitar que nazcan muchos niños.
La crisis global que vivimos ha servido a muchas voces para condenar al mercado como algo que debe desecharse. Estas voces provienen de los marxistas sobrevivientes que, agazapados, esperaban con ansia este momento para lanzarse contra él. Y, a la luz de la debacle que vive el mundo globalizado, tal pareciera que no les falta razón.