¿Cómo servir más y mejor?
Misión prioritaria de la Iglesia
Misión prioritaria de la Iglesia
Tal como van las cosas en nuestro mundo, en nuestra sociedad y en nuestro entorno, da la impresión que muchas personas-incluso de entre los creyentes y bautizados-han perdido el referente moral en sus comportamientos personales, familiares y sociales.
En el no abundante léxico usado en el mundo juvenil y relaciones, hay un vocablo casi desterrado de su argot y que parece les infunde miedo. Es la palabra compromiso, por lo que éste encierra de estabilidad, fijeza y continuidad.
Comulgar sin confesar
Cualquier observador atento de las celebraciones litúrgicas, habrá constatado un fenómeno generalizado, que se está convirtiendo en algo normal. A saber :
-Ha disminuido alarmantemente, el número de fieles que acceden al sacramento del perdón.
- Ha aumentado considerablemente, el número de fieles que se acercan a comulgar.
-Bastantes celebraciones sacramentales ( bautizos ,bodas ,funerales.. ), para muchos asistentes, son meros actos sociales.
Es una realidad constatable el desfase que se da en las celebraciones de la Iglesia, entre los pocos que se confiesan y los muchos que comulgan. Máxime, en casos de bodas, funerales etc. Es un hecho que se presta a seria reflexión por parte de todos, en especial por los pastores.
Para acceder a la comunión -recibir el cuerpo, sangre, alma y divinidad de Cristo-siempre la Iglesia ha exigido tener el alma limpia de pecado mortal, O CONFESARSE ANTES. Nunca ha variado esta enseñanza.
Los jóvenes seguro que ignoran lo que era y para qué era la bula. Los mayores sí que recordarán el privilegio que teníamos los españoles, en tiempos pasados, para poder comer carne en Cuaresma. Por una limosna, la Iglesia te daba un papel por el cual te liberabas de la obligación común a todos los demás católicos del mundo y podías comer carne durante la Cuaresma.
A veces, el sentimiento religioso adormecido, aflora con fuerza en la vida y nos vuelve a todos un tanto nostálgicos. Quizás recordamos la piedad e ingenuidad de los años infantiles.
Es claro que aún cumpliendo las mejores leyes, se puede llegar a situaciones injustas y rocambolescas como el caso presente. Todo ocurrido bajo capa de normalidad y amparada la protagonista, por la más estricta legalidad.
Los católicos españoles agradecemos a nuestros obispos, en víspera de las elecciones del 9 M , su Nota pastoral, hecha pública. Un documento oportuno, valiente y orientador escrito cumpliendo con su deber de guías del pueblo fiel a ellos confiado y con miras exclusivas al bien común. Han sabido estar en su puesto. Muy lejos de intereses políticos o partidistas, y en pleno uso de su derecho libre y democrático, han dicho lo que tenían que decir para orientar a sus fieles.
“El cuarenta o cincuenta por cien de los jóvenes españoles no saben distinguir lo que es bueno de lo que es malo”.He aquí el resultado de una recién encuesta sobre los comportamientos éticos de nuestra juventud, que bien podría ampliarse a la entera sociedad.
No estará de más el recordar algunos principios de los que depende la bondad o maldad intrínseca de los actos humanos.