Pasar al contenido principal

demonio

El Diablo actúa

El mal es -en definición clásica- la privación del bien debido: la enfermedad de la salud, la muerte de la vida, el hambre de la saciedad, la tristeza de la felicidad, etc. Es decir, no tiene consistencia propia, se define con relación al bien del cual es privación; más que positividad es carencia. Por ello no es admisible el principio maniqueo que sostiene la existencia simultánea de dos principios opuestos, uno del bien, otro del mal, en continua lucha y constante desequilibrio.

¿Existe realmente el demonio?

Con la reciente exhibición de la película “El Rito” y el chascarrillo que circuló por todo el país “Why the Rito?” que un conocido comunicador de televisión, con indudable desatino por no dominar el inglés, le hizo esta pregunta a su actor principal, se desencadenó toda una polémica sobre si verdaderamente existe el Infierno.

El Exorcista

 

El demonio existe, es un ser que odia a Dios, por soberbia, y al ser humano por envidia. Su existencia, que es verdad de fe, está registrada en las sagradas escrituras y en la Tradición.

Para vencer a Satanás

El odio que el demonio mantiene hacia Dios y hacia la creatura humana lo explican la soberbia y los celos. En efecto, cuando Luzbel, el ángel más hermoso, observó cuánta dedicación y amor depositaba Dios en la creación de un nuevo ser viviente, luego de haber creado los animales, se sintió atacado por los celos y experimentó por primera vez ese sentimiento que es la envidia y que se deriva en tristeza o en dolor por el bien del otro. Ahora, se percató el ángel, había otra creatura a la que el Creador amaba.

El cura de Ars: sus diálogos con Dios y con el diablo

  A media noche, desde el fondo del patio de la casa de San Juan María Vianney, el famoso cura de Ars, en las vísperas de las grandes peregrinaciones, cuando miles de fieles se ponían en camino y preparaban para ir a esa parroquia a confesarse y ver al santo, con frecuencia, a lo largo de muchas horas, e incluso hasta la madrugada, se escuchaban estruendosos ruidos como de objetos de hojalata.

Luego, una voz grave y garrasposa, le gritaba a través de su ventana:

– ¡Vianney, Vianney, despierta, dormilón!
 
Y continuaba:

El demonio y los niños

Perplejo y boquiabierto se queda el lector católico al constatar la osadía, irreverencia y falta de fundamento, con que los ateos e increyentes entran a saco en el depósito de la fe y hacen mofa, con espíritu liberal y superior, de las verdades reveladas por Dios, en las que ellos alardean no creer. Tal es, entre otras muchas, la existencia del demonio.

El ilustre académico y confeso ateo, Francisco Nieva, se despacha a gusto, en una extensa colaboración ( La Razón 3/10/04) sobre el tema Los niños y el demonio.

El exorcismo

EL NUEVO RITO DE LOS EXORCISMOS

Presentación oficial del cardenal Medina Estévez,

prefecto de la Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos

en la sala de Prensa de la Santa Sede

Martes 26 de enero de 1999

Pablo VI y el diablo

¿Cómo se ha podido llegar a esta situación?

Ésta es la pregunta que se hacía el Papa Pablo VI, algunos años después de la clausura del Concilio Vaticano II, a la vista de los acontecimientos que sacudían a la Iglesia. "Se creía que, después del Concilio, el sol habría brillado sobre la historia de la Iglesia. Pero en lugar del sol, han aparecido las nubes, la tempestad, las tinieblas, la incertidumbre. "

Sí, ¿cómo se ha podido llegar a esta situación?