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Juan

El cura de Ars, Juan María Vianney


 

La revolución francesa surge en 1789. En 1791 entra en vigor la Constitución civil en la comarca de Lyon, pero en 1793 esta ciudad se alza contra la Convención, levantamiento que lleva a las tropas de la república Francesa a asediar la ciudad de Lyon durante dos meses. La guillotina funciona sin parar y llegan a morir alrededor de veinte mil lyoneses.

Se llama Juan..

Como podría llamarse, Ricardo, Javier o Luis. El nombre es lo de menos. Lo que importa es lo que hace… o lo que no hace, según del lado por el que se vea. Porque he encontrado a Juan junto con un amigo suyo, mendigando, pidiendo pan para comer. Serían como las dos de la tarde, en un caluroso día de verano por las calles de Roma, cuando las casas se cierran a cal y canto para defenderse del calor del mediodía. Y ahí estaba él. Joven y vigoroso, pero sin trabajo. Con posibilidades de tener una familia, pero permanecía soltero, por elección propia, según me dijo más adelante.

El cura de Ars, Juan María Vianney

 La revolución francesa surge en 1789. En 1791 entra en vigor la Constitución civil en la comarca de Lyon, pero en 1793 esta ciudad se alza contra la Convención, levantamiento que lleva a las tropas de la república Francesa a asediar la ciudad de Lyon durante dos meses. La guillotina funciona sin parar y llegan a morir alrededor de veinte mil lyoneses.

Los redaños de Juan Pablo II

Cada vez se entiende mejor el por qué algunos desafectos, de dentro y fuera de la Iglesia Católica, abogan por todos y en todos los medios a su alcance, al pedir la dimisión del actual Papa. No se puede con él, a pesar de sus achaques, sus limitaciones y sus muchos años. Es un bloque granítico, un roquedal que resiste todos los embates.

De nada sirve el lenguaje, muchas veces ambiguo y diplomático de los que le visitan, frente a la verdad que expone y defiende el Pontífice con todos sus bríos y contundencia.

Juan Pablo II, párroco del mundo

Desde dentro y fuera de la comunidad eclesial se ha reconocido a Juan Pablo II como un hombre excepcional, único, inclasificable, líder mundial indiscutible y acreedor al reconocimiento universal en favor de la paz y la justicia entre los pueblos. Juan Pablo II ha roto todos los moldes y barreras en sus relaciones personales e institucionales con los distintos gobiernos del mundo y con las demás religiones de la tierra.

Juan Pablo II en la castellana

Juan Pablo II en la castellana

Merece toda consideración y es de alabar la iniciativa que se está llevando a cabo de erigir una estatua del Papa Juan Pablo II en el Pº de la Castellana de Madrid.

No dudo que será del agrado de la mayoría de madrileños ver levantada en su ciudad la efigie del Papa que les visitó dos veces y que tan gratos recuerdos dejó en todos.

Acierto indiscutible ha sido encargar dicho monumento al insigne y acreditado escultor Juan Ávalos, que inmortalizó la singular obra del Valle de los Caídos.

Juan Pablo II a España

Juan Pablo II a España

Ningún homenaje comparable al Papa que tanto amó a España, Juan Pablo II, en el primer aniversario de su muerte, que recordar y hacer nuestras sus palabras en la visita que hizo a Madrid en 1982.Cobran hoy día una perenne actualidad, ante los avatares que estamos viviendo.

El ejemplo de Juan Pablo II

El ejemplo de Juan Pablo II

Los sociólogos de nuestros días distinguen ya entre "ancianos jóvenes" y "ancianos más ancianos", entre tercera y cuarta edad. Y siguen buscando palabras y términos intrincados para definir y caracterizar un hecho real: el número de abuelos y de abuelas en el planeta tierra abarca una tercera parte de la población mundial.

Juan Pablo II y la libertad

Juan Pablo II, a quien tenemos como intercesor en el cielo, nos ha dejado con su recuerdo un magisterio confirmado con su vida, y el amor a la libertad es un aspecto importante del mismo: desde joven batalló por esta libertad, y como Papa la defendió donde fuera amenazada: desde los países del norte como su tierra natal, Polonia, hasta el cono sur, como el conflicto fronterizo entre Chile y Argentina. Esto le ha convertido en el líder espiritual de la historia de nuestro tiempo.