¿Son estos los que nos quieren gobernar?
Las últimas semanas han sido profundamente aleccionadoras, de cara a la sucesión de gobiernos estatales y federal. Y el análisis del comportamiento de los que nos pretenden gobernar, es bastante desolador.
Las últimas semanas han sido profundamente aleccionadoras, de cara a la sucesión de gobiernos estatales y federal. Y el análisis del comportamiento de los que nos pretenden gobernar, es bastante desolador.
Después de una larga campaña y muchos cientos de millones de pesos (que, por lo que leemos en la prensa, podrían haber dado agua potable o escuelas a muchos mexicanos que carecen de ellas), llegamos al final de una campaña electoral en el más lamentable estado de confusión. Hoy, señores y señoras candidatos, sabemos muy poco sobre ustedes, que desean ser nuestros representantes en el Poder Legislativo.
-Sea “el gobierno del pueblo, por y para el pueblo”, pero, de hecho sea, sin el pueblo.
-Se necesita de adjetivos (directa, popular, cristiana) para reconocerla como tal.
-No haya clara, notoria e independiente división de los tres poderes.
-El Gobierno trate de someter o intervenir al poder judicial y al legislativo.
-Los medios de comunicación no estén al servicio del bien común, justicia y libertad.
-Abunden los políticos arribistas y no haya hombres con miras de Estado.
-Haya enfrentamientos entre el Fiscal General y la Policía
-Se criminalice todo lo que dice o hace la Oposición.
-Los portavoces de los partidos hablen como oráculos anulando al contrario.
-El presidente del Gobierno mienta al pueblo soberano de un modo descarado
-Por la libertad de expresión se justifique la mentira, calumnia, o difamación
-La justicia no sea igual para todos y alguien se crea por encima de la Ley
Si alguno piensa que la democracia española goza de buena salud a juzgar por las elecciones celebradas casi en normalidad, la aceptación en mayoría de las reglas del juego, y la alternancia en el poder de unos y otros partidos, habrá que decirle que peca de ingenuo o no tiene buena información o tiene anestesiado su sentido crítico.
Algunos analistas y sociólogos piensan que el fin del comunismo soviético y la caída de dictaduras conservadoras o fascistas son la señal de la victoria de un nuevo modelo de vida social y política, basada en la democracia, la economía del mercado y el relativismo cultural.