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eternidad

No tengo Tiempo

NO TENGO TIEMPO

 

Hasta luego, Señor, excúsame,

no tengo tiempo.

Volveré a pasar, no puedo esperar,

no tengo tiempo.

Termino esta carta porque

no tengo tiempo...

Me hubiera gustado ayudarlos pero

no tengo tiempo.

Imposible aceptar,

me falta tiempo.

No puedo reflexionar, no puedo leer,

me veo desbordado,

no tengo tiempo.

Me gustaría rezar,

pero no tengo tiempo.

(...)

Esta noche, Señor,

no te pido el tiempo de hacer esto,

y aquello y lo de más allá,

Lo que no te había contado

Lo que no te había contado

 

Siempre tenemos una inquietud, que es ¿cómo ser felices? Hay grandes pensadores y personajes que nos dicen qué piensan de la felicidad. León Tolstoi escribió sabiamente: "El secreto de la felicidad no está en hacer lo que se quiere sino en querer lo que se hace".

El hombre es desdichado porque no sabe que es feliz. San Agustín escribió: Dios lo que más odia después del pecado es la tristeza, porque nos predispone al pecado".

¿Imágenes eternas?

¿Imágenes eternas?

Gracias a los fotógrafos, hemos visto millones de veces, “inmortalizados”, a políticos y artistas, deportistas y científicos. Con su cámara y su destreza, desde ángulos y luces caprichosas, “eternizan” acontecimientos y personajes.

¿Eternizan? ¿Inmortalizan? ¿No será que estamos abusando del lenguaje? La fotografía, ciertamente, fija, conserva, un segundo en el devenir humano. La imagen queda, pasa a los libros, a la prensa, a internet... Queda, dicen, eternamente...

¿Qué Niño es este?

En estas navidades, vuelven a salir a relucir los hermosos villancicos; sencillos y a veces ingenuos recordatorios del acontecimiento que divide la historia de la humanidad en dos partes: antes y después del nacimiento de este Niño, sencillo y humilde, que es nuestro Señor y Creador.

Uno de ellos, un villancico inglés que, según algunos viene del siglo X, pero con toda seguridad se imprimió a partir  del siglo XVI, se titula, ¿Qué niño es este? Una traducción libre del villancico empieza así:

El encuentro con la eternidad

La muerte nos enseña a vivir

Al comenzar este artículo, quiero que nos situemos en el año de 1997, precisamente en el verano de aquel año. Terminaban los calores y el mundo entero se convulsionó con una noticia. La fotografía de todo un personaje dio la vuelta al mundo entero. Si durante toda su vida, o más precisamente, después de su boda, ya era noticia, ahora lo era sin duda alguna más noticia, si cabe esta expresión.

Darks: el reino de la noche eterna

La palabra dark significa oscuro. El movimento dark surge en Inglaterra a finales de los setentas y se extiende a Europa y Estados Unidos. Los darks se caracterizan porque visten de negro, o con ropa de épocas pasadas. Usan crucifijos, anillos y adornos referentes a murciélagos, calaveras y arañas. Su imagen es andrógina -es decir, tienen caracteres de ambos sexos en un mismo individuo-. Se maquillan la cara para parecer más pálidos y se pintan sus labios y uñas de negro. Tienen una forma de ver la vida muy deprimente y desilusionada. Muchos prefieren vivir de noche.

La eternidad

La eternidad es un concepto que cuesta entender. Un profesor nos lo

trataba de explicar preguntando:

-¿Cuál es la montaña más alta del mundo?

-El Everest.

-¿Cuál es la materia más dura?

-¡El diamante!

Imagina una montaña como el Everest hecha de diamante. Cada mil años va a

pasar un pajarito a darle un picotazo. El pajarito va a acabar de deshacer y

trasladar la montaña y la eternidad no terminará.

Felicidad eterna

En una entrevista al cantautor Aute, manifestaba, entre otras cosas, lo siguiente:”No se puede ser feliz eternamente”. En esta coloquial expresión está condensada la preocupación más grande, el anhelo más íntimo y el interés más acuciante del ser humano de todos los tiempos, de todas las razas, culturas y religión.

La muerte y la vida eterna

Hay muchas frases hechas que la gente repite inconscientemente y que para un verdadero creyente son falsas, al carecer de contenido real. Tal es la manida expresión: “En esta vida todo tiene remedio...,¡menos la muerte¡”.

Un cristiano auténtico debería corregir el dicho popular y formularlo de esta o parecida manera. “Nada está definitivamente perdido en esta vida. Hay salida para todo, incluso para la muerte”.

Tiempo y eternidad

Les escribo también con el propósito de hacer junto con ustedes algunas reflexiones en torno a un tema que ha sido objeto continuo de mi meditación toda mi vida, y especialmente en esta celebración anual que me permite agradecer a Dios Nuestro Señor el in

¡Venga tu Reino!

CARTA A TODOS LOS MIEMBROS DEL MOVIMIENTO «REGNUM CHRISTI»

10 de marzo de 1993

Muy estimados en Jesucristo: