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Entre el diálogo y la blasfemia

Hoy comentamos dos noticias contrastantes. Por una parte, un logro: la comisión vaticana para el diálogo con los no cristianos consiguió un acercamiento con las autoridades islámicas; pero por otra, recientemente en Irak un grupo radical secuestró y asesinó a más de 50 cristianos reunidos en una iglesia (31.X.2010), y en Paquistán, una cristiana fue condenada a la horca, por haber supuestamente blasfemado contra Mahoma (11.XI.2010).

Sólo en la verdad se da el verdadero desarrollo. No dar de comer tierra.

1) Para saber

Hay un anhelo común en los hombres tanto de una manera personal, como sería en el matrimonio, como entre los grupos o naciones: es la obtención del entendimiento y la paz.

Cuando se llega a estar de acuerdo en algo, se produce entonces cierta comunión entre las partes. Ese entendimiento es pleno cuando se consigue llegar a la verdad. Si cada parte tiene una opinión distinta, se podría mantener cierta convivencia, pero no habría una profunda unidad y comunión entre ellas.

Actitudes ante la oración

Actitudes ante la oración  

Para poder, verdaderamente crecer en la vida cristiana son necesarios tres elementos, los cuales pueden ser considerados como los pilares de la construcción: Los Sacramentos, la Oración, la Lectura y Meditación de la Palabra de Dios. Cada uno contribuye a su modo, a formar interiormente a Cristo y a permitir que éste se transparente en nuestra vida. De entre estos, uno de los más importantes es la oración (sin que esto quite nada a la importancia y fundamentalidad de los otros).

El viaje del Papa a Kazajstán, una luz para el diálogo con el Islam

El Papa realizó, sin miedo a las implicaciones que tiene ir a un país vecino a Afganistán, su viaje apostólico a Kazajstán, donde hay gente que ha hecho estos días mil trescientos kilómetros para verle en Astana. Para la minoría católica de Kazajstán, la visita del Papa era una ocasión única y valía la pena hacer un esfuerzo extraordinario para encontrar a Juan Pablo II. Un sacerdote español que vive en Almaty contaba su experiencia. “De Almaty salimos 800 personas en un tren especial a Astana, la nueva capital.

Diálogo y posesión de la verdad

Hace falta aprender a dialogar. Porque el diálogo permite construir puentes desde los que dos o más personas pueden avanzar hacia el verdad.

Pero hay algunas condiciones sin las cuales no se da un verdadero diálogo, sino sucedáneos débiles y pobres del mismo. Ahora queremos fijarnos en una: la pretensión de poseer la verdad (o una parte de la misma).

Diálogo interreligioso, verdades y errores

Diálogo interreligioso, verdades y errores

¿Se puede hablar de verdadero o falso, de correcto o incorrecto, de acertado o equivocado, a la hora de iniciar un diálogo entre religiones?

Según una opinión más o menos difundida, la pretensión de poseer la verdad, de tener razón, de estar en lo cierto, podría llevar a actitudes de desprecio, de intolerancia. Es decir, llevaría a impedir el diálogo, a poner serias trabas en las relaciones humanas. Si uno piensa que tiene razón y que los demás están equivocados, ¿cómo puede ser posible el diálogo?

Diálogo y ley moral natural

Parece que hablar es tan fácil como abrir la boca, decir palabras, escuchar sonidos. Detrás de cada uno de esos actos, sin embargo, se esconden presupuestos profundos, sin los cuales es imposible el diálogo.

Una tradición milenaria de reflexión filosófica ha encontrado tales presupuestos en la “ley moral natural” (o, más sencillamente, “ley natural”). ¿De qué se trata? De reconocer que existe un sustrato común de normas y principios que vinculan a los seres humanos.

Laicismo y diálogo

Dialogar no es fácil. En parte, porque el mundo moderno nos ha llenado de prisas. En parte, porque muchos prefieren leer o reflexionar por su cuenta sobre cierto tipo de temas. En parte, porque hay antagonismos profundos que nacen de diferentes puntos de vista o de actitudes internas de poco aprecio hacia los que tienen otros puntos de vista.

La oración de Jesús

La oración de Jesús 

1. ¿CÓMO ORABA JESÚS?

Secretamente. "Cuando oréis, no seáis como los hipócritas que son amigos de rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas, para exhibirse ante la gente. Ya han cobrado su paga, os lo aseguro. Tú, en cambio, cuando quieras rezar, echa la llave y rézale a tu Padre que está ahí en lo escondido; Tu Padre que ve lo escondido te recompensará" (Mt. 6, 5-6).