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Padre Fernando Pascual L.C.

Paradojas de la eutanasia

Crece continuamente el número de enfermos incurables y de ancianos que no pueden valerse por sí mismo. Aumentan los casos de niños, jóvenes o adultos que se encuentran en situaciones de invalidez irremediable. Todo ello suscita un sinfín de gestos de solidaridad, de apoyo, de altruismo. Pero no han faltado, en diversos lugares del mundo y con gran difusión de algunos medios de información, algunos casos en los que se ha pedido el recurso a la eutanasia.

La cultura de la muerte

La encíclica Evangelium vitae, publicada por Juan Pablo II en 1995, denuncia en diversos momentos los peligros de la “cultura de la muerte”. ¿Qué se entiende con esta expresión “cultura de la muerte”?

Lo primero es darnos cuenta de que la palabra “cultura” tiene muchos significados. Un primer significado alude simplemente al bagaje personal, a la formación adquirida por un individuo, una formación que incluye tanto conocimientos como capacidades para la acción.

La imagen de la vida

Los que luchan contra el aborto y defienden la vida saben organizar muy bien la "imagen" de su folletos de propaganda. En internet encontramos buenas fotografías en las páginas de los grupos "pro life" o "pro vida". Vemos allí una madre que sonríe a su bebé, o una señora que lleva de la mano a uno o varios hijos, o unos padres que abrazan a un niño que les sonríe lleno de felicidad.

La moral y las leyes

Cuando una sociedad debe legislar sobre la vida y la muerte pone en juego todos sus valores y energías. No es indiferente admitir o no admitir el aborto. No es indiferente prohibir o permitir el infanticidio de niños que nacen con grandes deformaciones. No es indiferente decidir sobre lo que se hace en un hospital con un anciano que ve llegar la muerte en pocas semanas o días.  

Lo que merece el enfermo terminal

Lo que merece el enfermo terminal

Dejemos de lado, por un momento, la palabra “eutanasia”. Porque con ella algunos dicen una cosa y otros otra.

Fijemos, entonces, nuestra atención en el enfermo, en sus deseos y temores, en su fragilidad y su dolor, en su dependencia cada vez mayor de las manos y de la honestidad del equipo médico.

¿Hay malos usos de los métodos naturales?

Muchas personas piensan que el Billings y los métodos naturales para regular la propia fertilidad serían siempre “buenos”: cualquier pareja de esposos podría usarlos sin ningún escrúpulo. Piensan, además, que la Iglesia acepta plenamente cualquier uso de los métodos naturales. Algunos dicen, incluso, que el Billings sería un “método anticonceptivo” aprobado para los católicos, por el hecho de que es “natural”.