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Padre Fernando Pascual L.C.

Y Dios pidió permiso para entrar

Y dios Pidio permiso para entrar

La libertad humana es un don grande, muy grande. Tan grande que nos da algo de miedo. Tan grande que permite a Francisco de Asís el llegar a ser santo, y a Judas el traicionar al Maestro. Tan grande que Dios se detiene ante nuestra puerta, con respeto, cuando pide amor, cuando nos invita a la justicia, cuando nos enseña las bienaventuranzas, cuando nos recuerda los mandamientos.

Volveré a veros y se alegrará vuestro corazón

En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo. 21 La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo. 22 También vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar. 23 Aquel día no me preguntaréis nada. 

Volver a la casa del Padre

 

Dios es Padre. Existimos, somos, por Él. Nuestra vida se comprende desde su amor. Nos ama como un padre, como una madre, y desea lo mejor de nuestras vidas. El lo es todo para nosotros. Cada suspiro, cada latido del corazón, prolongan su amor y su fidelidad. Existo porque Dios me ama.

Pero a veces preferimos nuestros planes, nuestro bienestar, nuestra autonomía. Nos enamoramos de un espejismo, de una nube, de un proyecto personal. Dejamos la casa del Padre, y partimos lejos.

Vocación y familia

 

 

Para muchos es un momento realmente difícil. El hijo, la hija, sabe que ha sido llamado por Dios. Ha sentido algo en su corazón, ha reflexionado, ha hablado con un sacerdote para pedir luz y consejo. Por fin, llega a esta sencilla conclusión: “Dios me quiere para sí, Dios me llama a servirle con una donación de toda vida en la Iglesia”.

Verano

 

Verano, tiempo de descanso, tiempo de arreglos, tiempo de viajes, o tiempo de trabajo. Una misma palabra nos pone ante mil sueños, planes, esperanzas más o menos realizables.

Hay quien vive el verano como un momento para romper con la monotonía de lo ordinario. Busca ansiosamente lo nuevo, lo atractivo, aquello que tanto se quiere hacer desde hace tiempo. Recorrer lugares nunca vistos, observar paisajes exaltantes, saludar a personas que viven de un modo distinto, quizá con otra lengua, en poblados donde no ha llegado, todavía, un cable eléctrico...

Una mirada ante la vida

Y pensé que Dios sería...

 

Vi los giros de un águila en el cielo: energía, altura, atrevimiento, grandeza. Y pensé que Dios sería sublime, solemne, majestuoso, soberanamente libre.

Vi la filigrana de una flor exótica, los insectos tan variados que en ella paseaban, la delicadeza de sus estambres y el color violáceo de sus pétalos. Y pensé que Dios sería artista, lleno de fantasía, delicadeza y buen gusto.