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La Iglesia, el templo y el hombre

Recientemente el Papa Benedicto XVI dedicó el templo expiatorio de “La Sagrada Familia” proyectado por Gaudí en Barcelona. En la homilía de la Santa Misa hizo unas bellas y profundas reflexiones –apoyado en la liturgia y en la Sagrada Escritura- sobre el templo, la Iglesia y el hombre.  ¿Qué relación puede existir entre un sujeto personal, una institución espiritual y una obra arquitectónica? Aparentemente se trata de tres realidades disímbolas que aparecen bellamente engarzadas en la visión del Pontífice.

Defender el don de la vida

Mucho me complace poder dedicar esta mañana a la búsqueda de los puntos de contacto sobre la eutanasia, mas allá de la diversidad de nuestras posiciones. Para comenzar el debate, propongo una serio de reflexiones que no serán, o lo serán en mínima parte, una repetición de las consideraciones expuestas anteriormente.

Dentro de este círculo humanista, nuestra debate versará sobre un hombre que asesina a otro hombre, y sobre un acto intencional que provoca directamente la muerte, ya mediante la acción de dar la muerte, ya mediante la omisión de los cuidados.

“Dichoso el hombre que da”

“Dichoso el hombre que da”

A veces creemos que la felicidad está en el tener. Queremos tener más cosas, más aventuras, más tiempo libre, más trabajo, más fiestas, más seguridades...

Pero nada nos llena plenamente. El coche comprado con tanto esfuerzo después de un año nos causa un sinfín de problemas. La casa nueva ya empieza a mostrar signos de cansancio. La fiesta iniciada entre bailes y cervezas termina con un fuerte dolor de cabeza.

El sueño del hombre y el sueño de Dios

Soñar no es algo sólo para niños. Los grandes también necesitamos momentos de fantasía en los que la vida brille de un modo distinto, fresco, alegre. Es cierto que no podemos vivir en los sueños. Los sueños no producen computadoras, ni construyen rascacielos, ni llenan los bolsillos con un poco de dinero. Pero, ¿de qué sirve tener comida, casa y familia si falta esa ilusión y esa alegría que da un toque especial a todo lo que nos rodea?

El mal, el hombre y Dios

El mal nos escandaliza. Millones de niños que mueren de hambre, guerras endémicas que hunden en la pobreza a los pueblos, atentados criminales que acaban con la vida de inocentes, médicos que practican el aborto como si fuese una operación ordinaria.

Ante tantos males, ante tanto dolor, muchos se rebelan. Algunos llegan a negar que Dios exista. No ven cómo sea posible pensar que exista un Dios bueno mientras el mundo vive dramas profundos e injusticias que claman al cielo.

A los 23 años...

A los 23 años se está en la plenitud de la vida. Las veleidades de la adolescencia han quedado

atrás y se comienza a vivir la juventud, que en palabras de Rubén Darío es un “divino tesoro”.

A los 23 años los horizontes son inmensos y se contempla la vida como un campo enorme listo para ser sembrado. No hay nada que parezca interponerse entre lo imaginable y aquello que podemos poner en práctica.

Jesús el hombre coherente

La figura de Jesús de Nazaret sigue subyugando hoy al hombre moderno tanto o más que en tiempos pretéritos. Su mensaje perdura a lo largo de los siglos y es tan fresco y actual como cuando se proclamó por vez primera. ¿Qué explicación lógica y convincente hay para entender esta insólita actitud?.