Madre de bondad
Madre de bondad
Querer aprender a orar
No sé cuántos de los que lean esta reflexión se habrán encontrado alguna vez en sus vidas ante una situación de peligro de muerte segura. Escribo esto tras ver la película “Mineros de Pennsylvania” emitida por TVE 1, en la sobremesa del domingo(7/8/05).
Un grupo de mineros se ven atrapados en la mina por una inundación imprevista, que les impide salir a la superficie. Tras la señal de peligro y ante la inutilidad de sus esfuerzos, se refugian en una cueva de la misma, en espera de los equipos de socorro.
Renzo Buricchi está ya en la ciudad de Prato. Con un especial sentido de observación, descubre lo que está escondido en muchos de los clientes que acuden al Bar Tabaquería.
Pronto empieza a lanzar a los que allí entran, de vez en cuando, una palabra que sorprende a quien la recibe, porque se siente descubierto, conocido, traspasado...
Renzo Buricchi había nacido el 21 de enero de 1913 en Seano, cerca de Prato, en el norte de Italia.
Un año, y otro, y otro. Puntualmente, el granizo destrozaba las flores del cerezo en una llanura entre Bolonia y Vignola, en Italia.
El hecho, ocurrido en torno al año 1970, podría ser visto como una casualidad. Pero tres años seguidos de perder la cosecha era muy duro para los campesinos de la zona.
Renzo Buricchi, nuestro protagonista, consideró que había algo más profundo detrás de aquel fenómeno atmosférico, pues no creía en las casualidades ni siquiera para hechos tan sencillos.