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Historias de Renzo 1. El granizo y los cerezos

Un año, y otro, y otro. Puntualmente, el granizo destrozaba las flores del cerezo en una llanura entre Bolonia y Vignola, en Italia.

El hecho, ocurrido en torno al año 1970, podría ser visto como una casualidad. Pero tres años seguidos de perder la cosecha era muy duro para los campesinos de la zona.

Renzo Buricchi, nuestro protagonista, consideró que había algo más profundo detrás de aquel fenómeno atmosférico, pues no creía en las casualidades ni siquiera para hechos tan sencillos.

Averiguó que existía un monasterio cerca de la zona, en Monteveglio, desde el cual se veía todo el valle. En el monasterio vivía don Giuseppe Dossetti, un monje que había sido un político muy importante, y que en aquel entonces era el abad. Renzo, entonces, dejó escapar lo que llevaba en su corazón: “¿Qué tipo de monje es si no termina con esta calamidad?”

Renzo y tres amigos suyos decidieron ir al monasterio para hablar con el padre abad. El portero se sorprendió ante la llegada de cuatro personas desconocidas que preguntaban por don Dossetti. Renzo le explicó el motivo de la visita: “Mire, hemos venido a pedirles ayuda para los cerezos de esta llanura, para que termine el flagelo del granizo”.

El portero quedó un poco desconcertado ante los visitantes y ante su petición. Fue a consultar al padre abad. Don Dossetti también quedó sorprendido. Por eso decidió recibirlos en su despacho para escuchar con más atención su propuesta.

Renzo explicó con sencillez por qué estaban allí: “Mire, hemos venido hasta aquí para encomendarle los cerezos que están en el valle de aquí abajo. Tres años seguidos de granizada sobre la floración es algo que nunca había ocurrido antes, y hemos pensado que hay que destruir esta concomitancia de negatividad para que todo regreso a su equilibrio”.

Don Dossetti se mostró sorprendido. “No entiendo qué tenemos que ver con esta historia...”

Renzo respondió: “Hemos venido porque nos percatamos que no es casual que estén ustedes sobre este monte. Puesto que valoramos los Sacramentales estamos aquí para pedirles que impartan una bendición solemne a esta llanura, seguros de que todo volverá a su lugar”.

La curiosidad de don Dossetti crecía al escuchar a aquellas personas de la calle con una fe y una seguridad que le sorprendían. No pudo evitar una serie de preguntas: “¿Quiénes sois?... ¿De dónde venís?... ¿Sois de algún movimiento?”

Renzo explicó que venían de Prato, una ciudad muy cercana a Florencia. Añadió que no eran de ninguna asociación católica. “Somos solamente amigos que se reúnen y rezan juntos, y que tienen el gran deseo, a pesar de su indignidad, de entrar en el Santo Evangelio”.

Don Dossetti: “Pero, ¿cuántos sois?”

Renzo: “Esto es algo imposible de decir, porque somos todos aquellos que en el mundo están en sintonía con nuestros pensamientos y en comunión con nuestras oraciones. Por eso llamamos a nuestra reunión «Asociación disociada», y le hemos dado como suelo la tierra y como techo el cielo. Respecto a los nombres y al número de los miembros, estamos seguros de que están escritos en un libro que no se encuentra en este mundo”.

La conversación siguió, llegó el mediodía, y los cuatro forasteros fueron invitados a compartir la pobre comida del monasterio. Luego, don Dossetti les sugirió que fuesen a visitar un monasterio de religiosas que estaba allí cerca.

¿Cómo acabó la historia, qué pasó con el granizo y los cerezos? Marcello Pierucci, uno de los que acompañaron a Renzo, termina el relato con estas palabras. “No estoy en condiciones de saber si los monjes dieron o no dieron la Bendición sobre los cerezos. Lo que sí puedo decir es que desde entonces aquel fenómeno no ha vuelto a repetirse nunca más”.

NB: La historia de Renzo Buricchi (1913-1983) ha sido narrada por Marcello Pierucci en Un cipresso per maestro. Storia di Renzo Buricchi, Cantagalli, Siena 2005.