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Roberto O’Farrill Corona

La medalla VS el mal

Mientras hacía un programa de televisión con un sacerdote exorcista, le pregunté sobre la eficacia de la Medalla de San Benito para disuadir al mal de todo asedio y mantenerlo alejado de quien la trae consigo; me abrí la camisa y le mostré, por debajo de la corbata, mi medalla de plata, grande. El Padre Mendoza Pantoja, a su vez, sacó de la bolsa una medalla grandísima, casi del tamaño de una tortilla, y la mostró sobre la mesa. Entonces le pregunté -¿de plano tan grande Padre?- y él me respondió -apenas ¿eh? apenas así-.
 

La otra Cuaresma

La Cuaresma es un tiempo providencial durante el que la creatura humana puede imitar a Cristo, en su retiro de 40 días en el desierto, a fin de experimentar un personal encuentro con Dios Padre, el mismo Dios que de Egipto liberó a su Pueblo para llevarlo al desierto y de allí a la Tierra prometida; el mismo Dios que habló por boca de Juan el Bautista para convocar al desierto a un bautismo de conversión para el perdón de los pecados; el mismo Dios que clama desde el desierto para dar conocer cuanto tiene que decir.

Es un tiempo providencial

El mes de marzo es rico en celebraciones litúrgicas útiles para disponer el espíritu, la mente y el corazón hacia lo que Dios revela en la vivencia y práctica de nuestra Fe.

I) El miércoles 9 inicia la preparación para la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza, un día en el que se funde el cuerpo con la mente, el espíritu y las emociones, mediante la práctica del ayuno y la abstinencia de carnes para conocer que sí es posible ser fiel a la observancia del Señor: “Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán, en aquel día” (Mc 2, 20).

El Exorcista

 

El demonio existe, es un ser que odia a Dios, por soberbia, y al ser humano por envidia. Su existencia, que es verdad de fe, está registrada en las sagradas escrituras y en la Tradición.

Cuando los enanos crecen

Con sustento en la conocida expresión que dicta que “todo Pueblo tiene el gobierno que se merece”, y a un mes del inicio de las celebraciones por el bicentenario del comienzo de la independencia de México, el escenario es propicio para que a la calle salga el Pueblo que en Dios cree, y en la Iglesia confía, portando en mano estandartes con la imagen de Santa María de Guadalupe, iguales al que enarboló el Padre Miguel Hidalgo el 16 de septiembre de 1810, mientras grita “¡Viva México! ¡Viva la Virgen de Guadalupe! ¡Muera el mal gobierno!”. 

La Virgen del Juicio Final

Contemplar los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina del Vaticano es un privilegio. Con mirar su extraordinario colorido, y las formas de sus figuras, sabemos que se adelantó, por mucho, a su tiempo. Sus frescos muestran también que era poseedor de altos conocimientos teológicos, lo que revela en la imagen de Dios al momento de infundir en Adán sus virtudes teologales cuando extiende el dedo creador hacia el dedo del hombre. ¡Una cátedra de teología impartida con pintura en el techo de una capilla!

Jesús, el hijo del hombre

En 1928 Gibrán Khalil Gibrán escribió uno de los libros más bellos y profundos que se hayan escrito sobre Jesús. A lo largo de 76 relatos en los que da voz a diversos personajes que acompañaron al Señor en su vida y predicación, este pensador libanés logra que el lector se haga imágenes que le permiten ver al Nazareno, escuchar sus palabras y situarse dos mil años atrás en el tiempo.

Estado laico y enredado

Es urgente que en México se reduzca el embate de la violencia producida por las manos del crimen organizado, del narcotráfico y de gobernantes corruptos. Urge que la autoridad respete a los ciudadanos, es apremiante que los legisladores ya den muestra de que conocen y valoran tanto el bien común como la ley natural.