Ni siquiera sabemos su nombre. Sólo las iniciales de su identidad , J.C.B.N. En escueta recensión de prensa, sabemos sólo que era un joven de 25 años. Murió arrollado, en Alcorcón, cuando ayudaba a una embarazada. Paró su coche y se disponía auxiliar a la mujer. Iba a colocar el triángulo reflectante, cuando otro coche le embistió. Nada pudieron hacer por él los servicios de emergencia y murió casi en el acto.
Un héroe anónimo cuya memoria nadie recordará. Quizá la feliz madre a quien iba ayudar y que alumbró con normalidad. Algunos creyentes rezamos por él, con la certeza que vive para siempre. Aún recordamos las palabras de Cristo en la Pasión: ”No hay mayor prueba de amor que dar la vida por los demás” No cabe duda que una muerte digna ennoblece toda una vida.